SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 20 de junio de 2022

TREN a las NUBES, hazaña de argentinos, a pico y pala a 3500 metros de altura, todo comenzó en 1880.

 



A pico y pala, trabajando a más de 3.500 metros de altura en medio de un clima hostil, con esfuerzo, talento y el costo de algunas vidas, se construyó el tercer ferrocarril más alto del planeta, en el noroeste argentino:el Tren a las Nubes. Su obra fue parte destacada de una historia que comenzó a mediados del siglo XIX, cuando la Argentina, a tono con la tendencia mundial, comenzó a expandir el ferrocarril por el país, con el propósito de facilitar que la producción agro ganadera del interior accediera con rapidez y bajo costo a los mercados internacionales.




En ese contexto, el presidente Hipólito Yrigoyen se propuso emprender una obra gigantesca: un servicio que permitiera la salida de los minerales de la Puna de Atacama, además de otras cargas exportables, a través de Antofagasta,la ciudad portuaria de Chile. Sin que estuviera en los planes de sus ejecutores, el ramal terminó convirtiéndose en una importante actividad económica para la provincia de Salta: la del turismo.




El interés por crear una línea ferroviaria que uniera la Argentina y Chile, a través de la cordillera de los Andes, se relacionaba "con el gran crecimiento de la explotación del salitre y el concomitante crecimiento de la demanda de alimentos para la población que migraba hacia esa región del norte argentino, la cual podía convertirse y, en parte ya lo era, en el gran almacén del desierto", señala Alejandro Benedetti, investigador y académico de la Universidad de Buenos Aires. En 1906, un artículo periodístico enumeraba los productos que Salta podría exportar si contase con un ferrocarril: "harina, azúcar, carne, maderas, tejidos y otros alimentos".





Los primeros debates y propuestas para construir esta línea férrea arrancaron en 1880, aunque por diversas circunstancias económicas y políticas se fue concretando por tramos, con varias interrupciones y modificaciones en el trazado. En consecuencia, también fue cambiando de nombre: Huaytiquina, Ferrocarril a Socompa, Ferrocarril Salta-Antofagasta o Antofagasta-Salta, Trasandino del Norte, Ramal C-14 y, finalmente, Tren a las NubesDemoró 27 años en inaugurarse completamente.

Recién en 1905 se sancionó una ley (la 4683) en el país, que dio impulso al estudio de las obras. Definir la traza más adecuada llevó su tiempo, tanto para acordar cuestiones técnicas ajustadas a una ruta que debía abrirse paso entre montañas, como para contemplar que en buena parte del tendido había que trabajar a más de 3500 metros de altura, bajo un clima riguroso. Amén del costo que suponía "construir más o menos túneles, puentes metálicos y fuentes de agua para proveer a las locomotoras a vapor; además de otros materiales resistentes y de los 856.500 durmientes de quebracho colorado" que se utilizaron, destaca el ingeniero Moisés Costello, autor de varios libros dedicados a este emprendimiento.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario