SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 31 de diciembre de 2014

Con dorado licor estallo en afectos y buenos deseos el BRINDIS de FIN de AÑO en la Colonial de MERLO.

El pueblo en su conjunto se abrazo a una Colonial que aun escurría las últimas gotas de una abundante lluvia, la gigantesca carpa y los espacios contiguos se colmaron de voces de felicitaciones, amor y buenos deseos entre los innumerables presentes.
 
El Intendente Dr. Raúl A. Othacehé y su esposa Mónica Arnaldi fueron los anfitriones de lujo en este tradicional brindis de Fin de Año.
Tras la bendición del Padre Gerardo, cura párroco de la Iglesia del Carmen, una multitud de asistentes alzó sus copas para expresar sus buenos deseos y augurios. El objetivo fue celebrar unidos la culminación de 12 meses de ardua labor y esfuerzo diario.
 
Frente a amigos, vecinos, empresarios, comerciantes, profesionales y autoridades de las más diversas áreas, las palabras del Intendente estuvieron colmadas de afecto y emoción “Agradezco al pueblo de Merlo que hoy está acá presente, y a Dios, que nos ayudó a lo largo de todo el año. Espero que el 2015 sea un año de felicidad, paz y mucho trabajo”.
 
Orígenes del Brindis: Muchas son las historias que hablan sobre el verdadero origen del brindis, algunas datan desde la época romana, pero también existen los mitos o cuentos populares que dan ese toque misterioso y divertido.
La palabra brindis proviene del alemán “bring dir’s” que significa “yo te lo ofrezco” y era la frase que se pronunciaba al momento de realizar el acto de brindar.

Si bien en la actualidad usamos el término “brindis” para saludar, festejar o felicitar, en el siglo IV a.c. en la antigua Roma el acto de brindar, era una cuestión de confianza, ya que al chocar fuertemente las copas el líquido pasaba de una copa a la otra y tras beber el anfitrión, no quedaban dudas de morir en el intento, la desconfianza al envenenamiento en esa época era moneda corriente.
 
En resumen, llámese brindis, toast, cheers, salute, mazel tov o santé, espero y deseo que siempre tengamos familiares y amigos con quienes brindar, motivos para celebrar, copas para llenar, y bebidas para llevar a cabo este maravilloso acto.
Algunas rituales de fin de año: Espigas y flores amarillas, baños de hierbas y de champaña, vueltas a la manzana con una maleta, lentejas en el bolsillo, papas bajo la cama y el ritual de las 12 uvas: en buena parte de Latinoamérica, fin de año se festeja con arraigados agüeros.
 
Las doce uvas: Una de las costumbres más comunes viene de España y consiste en comerse 12 uvas con cada una de las 12 campanadas de la medianoche del 31 de diciembre, preferiblemente seis moradas y seis verdes. Es una tradición de origen español y extendida a otros países hispanoamericanos como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Chile, Colombia o Costa Rica. Consiste en comerse 12 uvas, una por cada campanada a las 12 de la noche del 31 de diciembre (Nochevieja). El lugar tradicional de las 12 campanadas en España es la Puerta del Sol (Madrid), donde se encuentra el conocido reloj de la Casa de Correos.

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