SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 16 de diciembre de 2014

El Papa Francisco advirtió contra los tres “PECADOS” que acechan a la prensa: La desinformación, la calumnia y la difamación.

Llamó a los periodistas a mantener su liberad más allá de las modas, los lugares comunes o las fórmulas preconcebidas que finalmente anulan la capacidad de comunicar y los invitó a “despertar” la “chispa de fuego y vida” que esconden las palabras.
 
Ciudad del Vaticano, 15 Dic (Notimex).- El Papa Francisco advirtió  a los comunicadores contra los tres “pecados” que acechan a los trabajadores de la prensa: La desinformación, la calumnia y la difamación. En el Aula Pablo VI del Vaticano, Francisco lamentó que -a menudo- la comunicación es sometida a la propaganda, a las ideologías, a los fines políticos o de control de la economía y de la técnica.
“Lo que hace bien a la comunicación, en primer lugar, es la ‘parresía’, es decir la valentía de decir las cosas en la cara, de hablar con franqueza y libertad. Si estamos verdaderamente convencidos de lo que tenemos que decir, las palabras vienen”, dijo.  “Si, al contrario, estamos preocupados de aspectos tácticos, el ‘tacticismo’, nuestro hablar será artificial, poco comunicativo, insípido, un hablar de laboratorio. Y esto no comunica nada”, agregó.
Llamó a los periodistas a mantener su liberad más allá de las modas, los lugares comunes o las fórmulas preconcebidas que finalmente anulan la capacidad de comunicar y los invitó a “despertar” la “chispa de fuego y vida” que esconden las palabras.
 
Al mismo tiempo les pidió evitar el “relleno” comunicativo que satura con un exceso de eslóganes que, en lugar de poner en marcha el pensamiento, lo anulan.
Alertó contra la actitud que “cierra” la comunicación cuando, en lugar de recorrer el largo camino de la comprensión, prefiere el sendero breve “de presentar a personas individuales como si fuesen capaces de resolver todos los problemas, o al contrario, como chivos expiatorios sobre los cuales descargar toda la responsabilidad”.
Insistió que un error frecuente en la comunicación moderna, “cada vez más veloz y poco reflexiva”, es esa carrera inmediata a la solución, sin tomar en cuenta la urgencia de transmitir la complejidad de la vida real.
“Una comunicación auténtica no está preocupada por golpear: la alternancia entre alarmismo catastrófico y desempeño consolador, dos extremos que continuamente vemos propuestos en la comunicación de hoy, no es un buen servicio que los medios pueden ofrecer a las personas”, estableció.
Además precisó que de esos tres pecados la calumnia parecería ser el más insidioso, pero en la comunicación el más peligroso es la desinformación, “porque te lleva a equivocarte, al error; te lleva a creer solamente en una parte de la verdad”.

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