SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 28 de abril de 2019

Un estudio determino que el consumo de OMEGA 3 disminuye la violencia en los niños, niñas y padres.


El comportamiento agresivo en los niños y las alteraciones de conducta constituyen el problema más frecuente en las consultas de salud mental infanto-juvenil. Esta problemática es motivo de estrés en el hogar y puede favorecer episodios de violencia verbal o física entre los miembros adultos de la familia.
¿Qué entendemos por agresividad infantil?
La palabra agresividad deriva del latín “agredi”, que significa “atacar”. Atacar o agredir implica que alguien está decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto, amenazando con causar o causando daño físico o psíquico. En el caso de los niños, la agresión suele presentarse de forma directa, como un acto violento contra una persona. 

Este acto de violencia puede ser físico (patadas, empujones, pellizcos…) o verbal, como insultos, palabrotas o amenazas. Otra forma de agresión sería aquella en la que el niño arremete contra los objetos de las personas que se oponen a sus deseos.
La explicación del comportamiento agresivo en los niños es compleja. No puede buscarse sólo en relaciones causa-efecto concretas o factores individuales o familiares. Debe contemplarse un marco más amplio.

La nutrición puede ayudar


Un nuevo estudio sugiere que los suplementos de omega-3 pueden ayudar a reducir el comportamiento agresivo de los niños, además de reducir la agresión psicológica entre los adultos que cuidan de los niños y que no reciben suplementación.
“Este estudio ha sido el primero en demostrar que la suplementación de omega-3 en niños puede reducir la agresión psicológica entre los cuidadores (padres, madres, abuelos…) que no reciben suplementación”, dijeron los investigadores de la Universidad de Massachusetts-Lowell, la Universidad de Pensilvania y el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de los EE.UU. en la revista científica Aggresive Behaviour.
“Los resultados sugieren que la mejora del comportamiento del niño a través de la suplementación con omega-3 podría tener beneficios a largo plazo en el sistema familiar en su conjunto”.
En definitiva, mediante la mejora del comportamiento del niño se reduce el nivel de estrés general del hogar, lo que conduce a que los miembros de la familia se lleven mejor.

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