SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 28 de marzo de 2023

Cerebro reptiliano: ¿tenemos realmente esta estructura ancestral?

 

La idea de que tenemos un cerebro reptiliano en el encéfalo está muy extendida. ¿Es cierta? La idea de que los seres humanos tenemos un cerebro reptiliano está muy extendida.

Este sería un vestigio que nos dejaron en herencia nuestros antepasados de sangre fría, escamas y que se arrastraban por el suelo, con cara que pocos amigos.



Los lagartos, serpientes y tortugas han sido considerados como animales muy primitivos, motivo por el cual la parte más antigua de nuestro cerebro, la más instintiva y simple se la ha denominado como cerebro reptiliano.

¿Es cierto que tenemos un cerebro reptiliano? ¿Es cierto que los reptiles son tan básicos como se les ha pintado? A continuación lo veremos.

¿Tenemos un cerebro reptiliano?



Fuera del ámbito de la psicología y las neurociencias académicas está muy popularizada y extendida la idea de que los seres humanos, junto con otros mamíferos, tenemos algo así como un cerebro reptiliano. No, no es que esa teoría conspiranoica que dice que hay alienígenas con forma de lagarto entre nosotros sea cierta, sino que la idea del cerebro reptiliano dice que en nuestra especie todavía conservamos unas estructuras que poseían nuestros antepasados saurópsidos, unas áreas cerebrales encargadas de un comportamiento muy básico, primitivo e instintivo.



Esta idea se la debemos al médico y neurocientífico Paul MacLean (1913-2007) quien propuso su teoría del cerebro triúnico o triuno, un modelo para explicar la organización del cerebro humano. Su teoría trataba de darle sentido a la existencia de sistemas contradictorios o, al menos, alternativos en nuestra conducta que, por medio de la evolución, se habían organizado y coordinado para poder armonizar en un mismo organismo.

Este neurocientífico introdujo su modelo en los años sesenta del siglo pasado, aunque la desarrolló en su mayor extensión en su libro “The Triune Brain in Evolution” (1990). MacLean consideraba que en nuestro cráneo no se encontraba un único cerebro, sino tres, tres estructuras cerebrales que actuaba cada una de ellas como un ordenador biológico independiente pero interconectados entre sí que habrían aparecido a lo largo de la evolución formando como capas cerebral. Cada uno de estos cerebros tendría su propia inteligencia, subjetividad, sentido del tiempo y también memoria.

Los tres componentes del cerebro triuno serían el complejo reptiliano, el sistema límbico y la neocorteza, aparecidos siguiendo este mismo orden a lo largo de la historia de la evolución. Las especies animales más básicas desde los reptiles solo tendrían el complejo reptiliano, mientras que a medida que se va escalando por la clase de los mamíferos se añadiría el sistema límbico y, al llegar a los primates, se añadiría la neocorteza, haciendo del cerebro de seres humanos y primates mucho más complejo que el de los reptiles.

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