Amogy ha presentado el primer tractor y el primer semirremolque del mundo
propulsados por amoníaco, se ha hecho con un remolcador de 1957 y planea que el
primer buque del mundo propulsado por amoníaco zarpe este año.
El remolcador ya cuenta con un sistema de propulsión
eléctrica; originalmente estaba equipado con generadores diésel y motores
eléctricos. En su lugar, Amogy instalará un generador de
amoníaco de 1 MW, tres veces mayor que el del semirremolcador.
La tecnología sigue siendo la misma. Amogy
parece tener planes de utilizar amoníaco como combustible de combustión en el
sector marítimo, pero para este proyecto utilizará un reactor
de craqueo para dividir el amoníaco en hidrógeno y nitrógeno, y luego pasar el
hidrógeno por una pila de combustible para crear
electricidad y alimentar los motores eléctricos.
El amoníaco verde, producido a partir
de hidrógeno verde, es
un prometedor combustible limpio para sectores que de otro modo parecen
difíciles, o incluso imposibles, de descarbonizar: ámbitos como
el transporte marítimo, donde se necesitan grandes cantidades de lección, las
baterías son demasiado pesadas y voluminosas, y el hidrógeno líquido gaseoso o
criogénico es demasiado difícil de manejar. El amoníaco es una forma
relativamente densa de transportar energía limpia y,
aunque sólo transporta la mitad de energía que una cantidad equivalente de
gasóleo, es lo mejor que se puede hacer sin emitir CO2.
Se
trata de un proyecto importante: el amoníaco es uno de los productos
químicos industriales y agrícolas más comunes en el mundo, pero
aún no ha demostrado ser un combustible práctico a granel para el transporte, y
sigue habiendo dudas sobre si es seguro, o responsable desde el punto de vista
medioambiental, utilizarlo para propulsar grandes buques, dado que es muy
cáustico y puede provocar riesgos importantes en caso de vertido a gran escala.
Estos proyectos pretenden probarlo como un ecosistema de combustible completo.
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