La
eficiencia de los riñones en filtrar excesos de agua y toxinas del cuerpo es crucial
para la salud humana. Estos órganos también juegan un papel en la regulación de
elementos como el calcio y la vitamina D.
Los signos tempranos incluyen cambios en la
micción, alteraciones en el color de la orina, retención de líquidos, fatiga,
anemia, picor en la piel, un sabor metálico en la boca y náuseas.
La enfermedad renal puede también elevar la presión arterial. Las causas
de la disminución del filtrado glomerular son variadas, incluyendo daños
directos o indirectos por otras enfermedades.
La diabetes y la hipertensión son las causas más comunes de falla
renal. Factores de riesgo adicionales incluyen
enfermedades hereditarias, inmunológicas y ciertos medicamentos, como los
antiinflamatorios y los quimioterápicos.
Prevenir la enfermedad renal implica adoptar un estilo de vida
saludable, con una dieta equilibrada y ejercicio regular, además de controlar
la presión arterial y los niveles de glucosa.
La Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las
Enfermedades del Riñón clasifica los fallos renales en tres tipos: prerenales,
renales y postrenales, dependiendo de la causa subyacente. La duración de la
enfermedad renal también es un criterio de clasificación, distinguiendo entre
insuficiencia renal aguda y crónica.
Fuente: Universidad Autónoma de Nuevo León,
España.
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