MITRA, el Dios de la LUZ persa con al menos 4.000 años de existencia.
Su existencia ha de ser anterior a la separación de indos y persas, porque este
dios existe en el panteón védico de la India y existe en la religión medo-persa,
desarrollando luego una evolución diferente. En la India se diluyó, se acentuó en Persia y fue
preponderante en los misterios de época romana.
Su primitivo libro
sagrado es el Avesta.
Es característica de
esta religión la existencia de un dualismo absoluto: había dos divinidades
contrapuestas, Ahura-Mazda, dios
del bien y del cielo y Ahriman, dios de las tinieblas y del infierno.
Entre uno y otro hay un mediador, Mitra, benefactor y protector de los hombres.
“Esa
luz y ese sol invencible es el Dios Mitra, cuyo culto y devoción compitió con el Cristianismo, ya que nace hace unos 4MIL años y el cristianismo
mucho mas adelante, pero que tiene indudables semejanzas”
El Mitra de Persia es el
que muchos siglos más tarde se propagó por todo el Imperio Romano acompañando primero a las legiones
romanas, llevado también por funcionarios y comerciantes, entre cuyos miembros
se asentó rápidamente.
Pero hasta llegar
aquí sufrió muchos cambios y contaminaciones.
En primer lugar
la primitiva religión persa y sus primitivos ritos fueron reformados por Zaratustra, al que
los griegos llaman Zoroastro, dando
lugar al Zoroastrismo. Fue
muy afectada también por la religión de Babilonia y los diversos pueblos de Mesopotamia, impregnándose
de astrología, se extendió también por toda Asia Menor, entró en contacto con judíos y otros
pueblos semitas, influyó y a su vez fue afectada por la filosofía griega,
helenizándose, etc.
En muchos casos sus
dioses fueron identificados con dioses asiáticos o griegos: Ormazd o Ahuramazda con Zeus,Ahriman con Hades, etc. Mitra permanece
como tal porque no tiene equivalente en el panteón griego. Es decir,el
mismo mazdeismo es un ejemplo de sincretismo.
Entre el Mitraismo y el Cristianismo hay grandes semejanzas en el aspecto doctrinal y también
en el ritual y en consecuencia hubo una fuerte rivalidad, de la que salió
triunfante el Cristianismo a partir del siglo IV, pero como en su momento dijo el
filólogo, filósofo, escritor francés Renan (1823-1892) en su obra “Marco Aurelio”, 579,: "Si el cristianismo se hubiese detenido en su crecimiento por
alguna enfermedad mortal, el mundo habría sido mitraista”.
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