Los rioplatenses siempre fuimos de
buen comer. Incluso en la época colonial se dedicaba mucho tiempo y esfuerzo al
arte culinario.
Las comidas predilectas de los criollos de la época eran la
sopa de arroz y la de fideos, el asado, el matambre, el puchero, diversos
guisos, las albóndigas, el estofado y los zapallitos rellenos.
El locro y las empanadas también formaban parte de los platos más consumidos, al igual
que un picadillo que se hacía con pasas de uva.
La carbonada es otra de las comidas típicas de la época
colonial, y está muy relacionada con la argentinidad. Sin embargo, muy pocos
saben que su origen es belga, y que en aquellas tierras lleva el nombre de carbonnade.
Se trata de un guiso de carne realizado dentro de un gran
zapallo, al que se le agrega maíz. En su país natal, lleva cebolla y cerveza.
Los criollos también adoraban las cosas dulces: los
bocadillos de papa o batata, la cuajada, las frutas, la natilla (plato de origen español a base de huevos, leche y azúcar), el
arroz con leche, los alfajores, las masitas y la famosa mazamorra, que vendedores ambulantes solían ofrecer por las
calles.
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