El carnaval es, muy posiblemente, la fiesta pagana
que más personas celebran y disfrutan en todo el planeta. Son días de baile,
disfraces y mucha diversión.
El hecho de disfrazarse,
pintarse la cara y festejarlo es un acto que se remonta a la antigüedad y
existen algunas evidencias de que el pueblo sumerio ya realizaba este tipo de
festejos hace 5.000 años.
Carnavales en Roma, 186 años antes de Cristo. |
Tal y como lo conocemos
hoy en día, el carnaval es una continuidad de los antiguos Saturnales, las festividades romanas
que se celebraban en honor al Dios Saturno.
A raíz de la expansión
del cristianismo fue cuando más auge tomó y la fiesta adquirió el nombre de
carnaval, teniendo como motivo principal el hecho de despedirse de comer carne
y de llevar una vida licenciosa durante el tiempo de cuaresma.
Eran tres días de celebración a lo grande, en lo
que casi todo estaba permitido; de ahí uno de los motivos de ir disfrazado,
taparse el rostro y salvaguardar el anonimato. Hoy en día, esta celebración se
ha alargado una semana, comenzando en la mayoría de lugares el jueves Lardero o jueves gordo (jueves
inmediatamente luego del carnaval)
Esta despedida a la
carne se realizaba los días previos al Miércoles de ceniza, fecha en la que se daba
comienzo a la cuaresma; un periodo de cuarenta días (hasta el Domingo de resurrección)
que se destinaba a la abstinencia, recogimiento y el ayuno, acompañado de oraciones,
penitencia y espiritualidad religiosa.
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