SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 26 de febrero de 2021

INSOMNIO, un camino de espinas para un 40% de la población-

 

Lo cierto es que más del 40% de la población confirma padecer síntomas de insomnio eventual y que el 10% sufre insomnio crónico.

 

Existen artos tipos de insomnio, lo que convierte este inconveniente en uno de los desorden del sueño más complejos. Algunas individuos señalan que poseen dificultades para conciliar el sueño, ya que tardan más de 30 minutos en dormirse, y a distintas les cuesta permanecer dormidas, pues sufren artos despertares prolongados mientra la noche. Otras individuos experimentan un despertar precoz por la mañana y son incapaces de recobrar el sueño. Una misma individuo puede sufrir una combinación de estos síntomas.

 

Por lo general, la gente se queja de una mala calidad del sueño, y varias individuos dicen sufrir una reducción del tiempo de sueño, acompañada de síntomas de cansancio diurno y dificultades para concentrarse, prestar atención en una reunion de labor o mantener la calma en los atascos por la mañana.

La corta duración del sueño no basta para definir el insomnio. Son más bien las dificultades diurnas las que deben emplearse para diagnosticarlo.

Si usted se siente descansado tras una noche breve, seguramente no padece insomnio. Además, es valioso distinguir entre el nombrado insomnio transitorio —en el que la individuo experimenta síntomas de insomnio adecuado a un agotamiento temporal— y el insomnio crónico. Este síndrome se define por la existencia de síntomas de insomnio al menos 3 noches a la semana mientra artos meses, con efectos negativos en el funcionamiento de la individuo mientra el día.

 


¿Cómo aparece el insomnio crónico?

Hay factores que predisponen a padecer incovenientes de sueño y que crean vulnerabilidad frente a un circunstancia desencadenante. Por ejemplo, se sabe que las chicas y las individuos mayores poseen una grande propensión a sufrir insomnio. Además, las individuos con un historial familiar de insomnio o con tendencia a la ansiedad serán más vulnerables a un circunstancia desencadenante.

 

Este circunstancia puede ser un duelo, un cambio de ambiente o una ocasión de estrés. Por lo general, una vez que se localiza y se resuelve el circunstancia desencadenante, cabe esperar que cese el insomnio transitorio. Sin embargo, el insomnio se hace crónico cuando las dificultades de sueño pasan a ser un incoveniente por sí mismas. El insomnio deja de estar relacionado a su circunstancia desencadenante y, en general, se verá exacerbado por factores perpetuadores.

Estos factores consisten a menudo en estrategias inadecuadas que se ponen en marcha para recompensar los efectos del insomnio. Por ejemplo, beber un vaso de licor anteriormente de acostarse, tener creencias falsas sobre el sueño o meterse en la cama cuando no se está cansado son conductas inadecuadas que perpetúan el insomnio.

La persistencia de estos factores introduce al insomne en un círculo vicioso en el que los efectos de la falta de sueño se combinan con un gobierno constante de hipervigilancia física, mental y cognitiva que impide gozar de un sueño profundo y reparador.

En unos temas se habla de insomnio secundario, en el que las dificultades para conciliar el sueño son repercusión de otró trastorno, como, por ejemplo, una enfermedad (dolores crónicos, cáncer, depresión) o el gasto de medicamentos o de distintas sustancias.

 

Las consecuencias de dormir mal

Saber qué fue primero, si el huevo o la gallina, es una cuestión compleja en el diagnóstico y el tratamiento del insomnio. En el tratamiento es, pues, valioso intervenir en el insomnio, pero también en las afecciones médicas conexas, para evitar que los incovenientes se refuercen mutuamente.

Un sueño fragmentado o de duración pequeña daña en grán tamaño a nuestra aptitud para concentrarnos, tomar decisiones, aplicar e incluso regular nuestras emociones. Aunque unos insomnes señalan que acaban acostumbrándose al cansancio, numerosos trabajos de averiguación han presentado que, a largo plazo, la perturbación o reducción crónica del sueño podría tener efectos no solamente en nuestro funcionamiento cognitivo, sino también en nuestra energía física y mental (mayor peligro de sufrir depresión, incovenientes cardiovasculares, ansiedad o diabetes).

FUENTE: Thanh Dang-Vu, Neurologist, Associate Professor, Concordia University Research Chair in Sleep, Neuroimaging and Cognitive Health, Concordia University y Aurore A. Perrault, Postdoctoral research in sleep medicine, Concordia University

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