SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 15 de mayo de 2021

Curiosidades: CRIADEROS de ÑANDU en Argentina.

 

Las últimas décadas han visto aparecer en el mundo nuevas tendencias en lo que se refiere al consumo de alimentos y productos de origen animal. Aunque no siempre tenga mucho sentido racional, los mercados consumidores han entrado en un camino, en el que se mantendrán por mucho tiempo, en el que lo que está bien visto es lo "natural", lo bajo en colesterol y lo exótico. En este contexto muchas especies nuevas han aparecido y se han presentado cómo "la ganadería del futuro", tales como ciervos, cocodrilos, jabalís y por supuesto los ratites.



Esta última categoría incluye, en el orden Struthioniformes, a las grandes aves corredoras de los distintos continentes del hemisferio sur. El más conocido, incluso por su explotación comercial es el avestruz africano (Struthio camelus). Otros integrantes de esta categoría son los casuarios (Casuarius sp.), kiwis (Apterix sp.) y el emu (Dromaius novaehollandiae) de

Oceanía y los ñandúes sudamericanos. Los representantes de nuestro continente son el choique o ñandú petiso (Pterocnemia pennata) y el ñandú común (Rhea americana). La mayoría de los integrantes de este grupo son criados en granjas, con fines comerciales, no solamente en sus países de origen, sino que varios países del mundo. Estas especies son ofrecidas ampliamente en varias formas, incluso por la internet, como el negocio del futuro, con la intención de vender animales y en muchos casos "conocimiento".



La realidad es que se trata de animales muy rústicos y prolíficos, pero se dispone de poca información, conocimiento y técnicos especializados en su manejo. Esto lleva en muchos casos a imitar tipos de manejo de avicultura tradicional, con resultados nefastos. El problema principal en el caso de los ñandúes es encontrar el manejo adecuado para cada etapa, con especial dificultad en la cría de charabones y la reproducción. El objetivo de este y próximos artículos es transmitir la experiencia y conocimiento que disponemos sobre la cría del ñandú común para los actuales y futuros criadores, para que no repitan errores y que podamos desarrollar una industria firme en Sudamérica del ñandú.

Características de la especie:



El ñandú común (Rhea americana), es un habitante típico de las praderas de gran parte de América del Sur, que por su adaptación ha perdido la capacidad de volar y por tanto, el desarrollo de los músculos del vuelo y su lugar de inserción (la quilla del esternón). Es un animal con un gran desarrollo de sus patas, las que puede utilizar para correr a velocidades de hasta 60 km/h. Poseen tres dedos con importantes uñas. Llegan a medir 1,30 m y pesar unos 28 Kg. Su plumaje es de un gris ceniza característico con zonas negras, más marcadas en los machos. 

La reproducción es estacional, dándose en primavera y principios de verano. Se da la poligamia con poliandria secuencial. Los machos luchan por sus jerarquías y los que consiguen un territorio construyen en él su nido. En este período se forman grupos de hasta 10 hembras que ponen en el nido sus huevos mientras el macho aún no inició la incubación. Una vez que esto ocurre recurren a otro macho para poner en su nido. Así, son los machos los que incuban y los que cuidan a los charabones.

Para la incubación se utilizan máquinas especialmente diseñadas para la especie o adaptaciones de máquinas incubadoras de gallinas. Al igual que para la avicultura tradicional hay una gran oferta de incubadoras de avanzada tecnología pero, mientras no se desarrolle más la producción, la mayoría de los criadores optan por no invertir tanto dinero en ellas. La incubación de huevos de ñandú toma unos 38 días, realizándose a 36 °C y una humedad relativa que según la incubaduría varia entre un 44 y 60 %.

La cría del ñandú se presenta cómo una alternativa agropecuaria para Sudamérica. No es muy común el desarrollo de producciones propias en esta región, lo común es la importación de modelos que no siempre son aplicables a nuestra realidad. Criar el ñandú no será solo un buen negocio para los productores, dará para un desarrollo de toda una industria autóctona y será una muestra del gran potencial que tenemos en nuestra fauna y flora. 

El desarrollo de producciones autóctonas, con una buena base de conocimiento, investigación y apoyo gubernamental, pueden tener un muy buen futuro en la región. En estos momentos, los cambios en el consumo, las barreras sanitarias para las producciones tradicionales y problemas como la vaca loca, nos otorgan la oportunidad de mirar hacia adentro y aprovechar y potenciar lo nuestro

 

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