SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 12 de diciembre de 2025

En Toronto, Canadá, hay un festival donde una calle se transforma en un RIO de LIBRO. La gente que pasa por ahí puede llevarse el libro que quieran.

 

En Toronto, Canadá, desde 2017 una calle como Hagerman Street se transforma en un “río” de miles de libros donados para que cualquiera pueda llevarlos de forma gratuita.



Esta iniciativa, parte de las celebraciones del Día del Libro en Canadá cada 23 de abril, promueve la lectura y el intercambio cultural, consolidándose como una tradición local que reúne a la comunidad en torno a los libros.

Efectivamente no es una instalación que se lleve a cabo anualmente sino una pieza puntual que llevamos a cabo para la Nuit Blanche de Toronto en 2016”, aseguraron desde el colectivo a AFP Factual en referencia al festival anual de arte contemporáneo organizado por las autoridades municipales.

Según señalan en el sitio web, los libros, a los que les agregan luces, fueron donados por el Ejército de Salvación, y quedaron a disposición de quienes quisieran llevárselos durante la noche en que duró la instalación.





“[Los organizadores de la Nuit Blanche] nos contactaron para formar parte de la programación y nos gestionaron la recogida de libros reciclados y los voluntarios que nos ayudaron en el montaje de la pieza, así como los permisos de instalación en el espacio público”, detalló el colectivo.

La instalación surgió en 2010“como una pieza de guerrilla que montamos con pocos medios en las calles de Madrid para reivindicar el gran espacio que los coches ocupan en las ciudades  contemporáneas quitando movilidad a los peatones y espacios para que los ciudadanos se relacionen”, explicaron los artistas a la AFP.

“Literatura versus tráfico” es una instalación que el colectivo viene desarrollando desde 2010, en Madrid, después en Nueva YorkMelbourne, en 2012 y Ann Arbor, en 2018.





“Queremos que la literatura se apodere de las calles y se convierta en conquistadora del espacio público, ofreciendo gratuitamente a los que pasean, un lugar libre de tráfico, que por unas horas, sucumbirá al modesto poder de la palabra escrita”, reflexionan los artistas.

En conclusión, la foto de los libros ocupando toda una calle sí fue tomada en Toronto, pero es una instalación realizada puntualmente por un colectivo de artistas en 2016 y que replican en distintas ciudades del mundo, no una iniciativa del municipio canadiense que se lleva a cabo anualmente.

 

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