SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 18 de julio de 2011

Una noticia cotidiana en el mundo, la violencia se ha instalado y robos, secuestros y asesinatos sin sentido, impulsados muchas veces por las drogas y el alcohol, son la nota estrella de las cadenas informativas internacionales.

El Magazin de Merlo junto a las madres que padecen este flagelo
 Les voy a transcribir textualmente una carta que circula por Internet y que esta titulada: “De Madre a Madre”. Es en referencia a que una madre ve por TV una manifestación de madres exigiendo los derechos de sus hijos encarcelados por crímenes de esta violencia ya instalada en nuestra sociedad.

De Madre a Madre:
“Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV, en la reciente manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a las cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones. Vi como te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo, y de lo que se supone económicamente para ti, ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.
Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de tras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo, y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONGs, etc. etc.
Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación. Enorme es la distancia que me separa de mi hijo, trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio solo puedo visitarlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación del resto de la familia. Finalmente también cuento con el apoyo de amigos y familia, etc. Si aun no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía al trabajo, con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo.
En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besado a tu hijo en la cárcel yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores  en su tumba, en el cementerio.
¡Ah! Se me olvidaba: ganado poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro modo: Seguiré sosteniendo a tu hijo malhechor.
Ni a mi casa, ni al cementerio, vino nunca ningún representante de esas entidades ONGs, que tan solidarias son contigo, para darme apoyo ni dedicarme una palabras de aliento. ¡Ni siquiera para decirme cuales son MIS DERECHOS!”
 Cientos de madres, sin importar en que vereda uno sitúe, son victima de la violencia del mundo hoy globalizado, de una situación que ha recrudecido por la falta de valores familiares, de una franja de la sociedad hoy presa de los narcotraficantes que perturban y desequilibran la mente de los mas vulnerables, los jóvenes. Adolescentes y personas inocentes que pierden en un hecho delictivo la vida y los otros, los agresores, pierden el verdadero camino para regresar a casa, luego de años de prisión.

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