SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 13 de diciembre de 2019

PLANTAR ARBOLES: La necesidad de disminuir la contaminación y la temperatura en las ciudades es imperiosa.

Más del 80% de la personas que viven en áreas urbanas del planeta donde se monitorea la calidad del aire están expuestas a niveles de contaminantes que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud, OMS.

"La contaminación del aire, debido a altas concentraciones de partículas pequeñas y finas, es el mayor riesgo ambiental a la salud y causa más de tres millones de muertes prematuras a nivel global cada año", agrega la OMS.
¿Pueden los árboles ser parte de la solución al problema? ¿Podría una fila de venerables olmos, plátanos de sombra o pinos protegernos de la contaminación?

El interrogante no es fácil de responder en detalle, pero dos científicos en Estados Unidos llevan años dedicados a indagar en esta incógnita. Y sus hallazgos son sorprendentes.
La necesidad de disminuir la contaminación en ciudades es imperiosa.
"En la ciudades occidentales nos enfrentamos principalmente al problema de las partículas finas llamadas PM 2,5, o materia particulada cuyo diámetro es igual o menor a 2,5 micrones", dijo al programa Crowdscience de la BBC Frank Kelly, profesor de salud ambiental en Kings College, en Londres.

Otro problema particularmente grave en Europa es el del dióxido de nitrógeno que proviene principalmente de los vehículos diésel.
"Cuando la contaminación es mayor, las personas con un historial o enfermedad crónica requerirán más medicamentos, pero incluso las personas saludables sufrirán las consecuencias", dijo Kelly.
La contaminación ha sido relacionada por diferentes estudios en los últimos años a un mayor riesgo de enfermedades al corazón, cáncer, accidentes cerebrovasculares y demencia. Dado el enorme riesgo de la contaminación para la salud, ¿qué impacto pueden tener los árboles?

Kamran Abdollahi es profesor de ciencias forestales urbanas en el Centro de Agricultura y Extensión del Sur en Baton Rouge, Luisiana, en Estados Unidos. Con sus monitores portátiles, Abdollahi ha registrado niveles de dióxido de nitrógeno de 120 partes por billón en avenidas y 100 partes por billón bajo los árboles, lo que sugiere un impacto positivo de la vegetación.
Los árboles extraen contaminantes en dos formas principales, según explicó a Crowdscience de la BBC David Nowak, quien ha venido investigando su impacto en las ciudades durante más de 20 años y trabaja con el Servicio Forestal de Estados Unidos en Siracusa, en el estado de Nueva York.
"O bien incorporan gases y contaminantes a través de las estomas en sus hojas o capturan partículas en la superficie de sus hojas". Los estomas son los poros o aberturas regulables en la epidermis de las hojas de las plantas.
"Es lo mismo que los seres humanos, que o bien inhalan partículas o las captan en su ropa", agregó Nowak.
Y durante el día los árboles también evaporan agua reduciendo la temperatura del aire.

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