SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 17 de febrero de 2023

El cambio climático ya llegó: Argentina debe pensar en adaptarse a sus impactos.

 

El plan nacional fija algunos lineamientos, pero los expertos aseguran que faltan metas y acciones concretas. Qué medidas se pueden tomar en las ciudades. Qué objetivos sugiere la provincia de Córdoba.



Durante muchos años el centro de las discusiones internacionales sobre el cambio climático fue la mitigación: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con energías sustentables y deforestación cero.

Frenar el calentamiento global para evitar sus consecuencias: olas de calor, sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar, pérdida de biodiversidad. Ese debate aún no termina de cuajar en una medida global contundente. El incremento de la temperatura media ya es de 1,1 grados respecto de los valores preindustriales, muy cerca del límite de 1,5 grados fijado por el Acuerdo de París.

La crisis climática ya es una realidad. Es momento de adaptarnos a ella. La semana pasada, Argentina presentó su plan nacional de adaptación y mitigación al cambio climático. El anunció se dio en la previa del inicio de la COP27 en Sharm El Sheikh (Egipto), la cumbre mundial donde la diplomacia mundial debate medidas para enfrentar esta crisis. La cita comenzó este domingo y finaliza el 18 de noviembre.

Para Enrique Maurtua Konstantinidis, consultor senior de política climática, se trata de un plan muy general. “No es lo específico que necesita ser este documento. Debería incluir metas más tangibles. Lo positivo es que se le ha dado un espacio muy importante a la adaptación”, describe. No obstante, para este experto el objetivo es que el diagnóstico de las vulnerabilidades y riesgos de Argentina sirva para tomar medidas concretas.

Konstantinidis cree que le faltan metas y también generar intervenciones con nuevas normativas y políticas de obra pública alineadas a esas metas. “Por ejemplo, generar sistemas de alerta temprana y estrategias para abordar las sequías y su impacto en la agricultura. El plan debería mostrar que esa transición que necesitamos ya está ocurriendo”, asegura.

Josefina Bordino, especialista en Planes de Acción Climática de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (Ramcc), advierte que las consecuencias del cambio climático ya se están evidenciando en Argentina. “En enero, el país registró un récord de temperaturas en más de 40 localidades. Las olas de calor fueron totalmente atípicas en cuanto a intensidad y duración. Y la severa sequía que estamos atravesando pone en jaque la seguridad alimentaria”, ejemplifica.

 

 

MEDIDAS DE ADAPTACIÓN EN LAS CIUDADES

Algunos municipios están comenzando a tomar nota del cambio climático porque ya sienten sus impactos. Las medidas de adaptación pueden ser variadas: desde planes de forestación urbana que no demandan mucho dinero hasta obras hídricas que requieren enormes presupuestos y financiamiento.

A su vez, acciones que deberían realizar cotidianamente los municipios ahora serán cruciales para enfrentar los eventos extremos que traerá el cambio climático. Un ejemplo es la correcta limpieza del sistema pluvial para evitar el anegamiento de calles y viviendas.

Bordino cree que es clave que las personas y los funcionarios estatales entiendan que el cambio climático ya está haciendo estragos en nuestra sociedad. “Eso permitirá focalizar los esfuerzos en las medidas de adaptación más allá del costo que tengan”, sostiene.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene un programa de adaptación con varias medidas. Hay algunas tan sencilla como dictar talleres a adultos mayores para que conozcan las medidas de prevención, los síntomas y cómo actuar frente a una ola de calor.

Desde la Ramcc incentivan a los municipios para que adopten Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), ya que son más rentables e integran componentes sociales, ambientales y económicos.

Entre esas medidas señala incentivar la implementación de techos verdes, que funcionan como aislante térmico, absorben el excedente hídrico de lluvias torrenciales y mitigan el efecto de isla urbana de calor. También fomentan las cintas verdes en veredas, una franja de vegetación entre los edificios y la calle que permite la absorción de agua y reduce la superficie de pavimento.

 

 

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