SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 28 de febrero de 2023

La BELLEZA de las MANOS CREATIVAS del HOMBRE, hoy el CASTILLO CHAMBORD-

 

Chambord es el símbolo del poderío del rey Francisco I, quien hizo de este pabellón de caza uno de los más bellos castillos del Renacimiento.




El rey Francisco I dispuso la construcción del Castillo de Chambord en 1519 sobre tierras pantanosas, a orillas del río Cosson y en el centro de un bosque rico en caza, para transformarlo en «un bello, grande y suntuoso edificio». Un edificio que debía permitirle satisfacer su pasión por la caza. Fascinado y fuertemente influenciado por las artes y los artistas italianos, mandó construir un castillo en el que se mezclaran las influencias francesas e italianas.




Como consecuencia de la sexta guerra de Italia, que culminó con la derrota de Pavía, las obras debieron suspenderse entre 1522 y 1526. Al regreso de Francisco I, se reanudaron durante veinte años sin interrupción, hasta su muerte acaecida en 1547. 

En 1539, el emperador Carlos V es recibido por el rey en el que solo era, en aquel entonces, el torreón en construcción. A este primer edificio se añadirán, al este, el ala llamada «real» (ala de los aposentos del rey) y al oeste, el ala de la capilla, continuada durante el reinado de su hijo Enrique II y de su nieto Carlos IX. El conjunto arquitectónico tal y como hoy se conoce será terminado por el rey Luis XIV en 1685.



Una arquitectura única

El castillo está construido en base al modelo de las fortalezas medievales, con un edificio central de planta cuadrada, el donjon, provisto de cuatro torres de esquina. Dentro de este, encontramos cinco niveles habitables construidos en base al mismo modelo: cuatro apartamentos cuadrangulares y cuatro apartamentos en las torres redondas por nivel. 

La escalera doble se encuentra en el centro del edificio. Esta da acceso a la primera planta (aposentos históricos), a la segunda planta (dedicada a la temática de la caza y a la animalística) y a la gran terraza, coronada por la torre-linterna y la flor de lis, símbolo de la monarquía francesa.

La escalera de doble hélice



Se trata de una curiosidad arquitectónica que ha contribuido a la fama de Chambord. El principio es a la vez sencillo y sorprendente: dos escaleras que giran en el mismo sentido pero que nunca se cruzan. De este modo, se pueden subir o bajar los peldaños sin cruzarse con las personas que utilizan la otra escalera. 

Nos gusta pensar que el ingeniero y arquitecto de esta doble escalera fue Leonardo da Vinci. Y es que Francisco I y el artista italiano sentían un gran apego mutuo. Se conocieron en Boloña, Italia, antes de que el rey Francisco I invitara a Leonardo da Vinci a instalarse en el valle del Loira, más precisamente, en la mansión de Clos-Lucé, en Amboise, donde el artista muere en 1519.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario