La Humanidad
llega a nuestros días después de haber pasado por diferentes etapas. Separadas
por grandes distancias, tiempos, mitos y costumbres, en casi todas las culturas
del mundo antiguo, primaron las divinidades que acompañadas por ofidios, tenían
relación con la vida, la salud, la fecundidad o la longevidad.
Desde el punto de vista del historiador de la
Medicina, nos introducimos en un tema de antropología cultural, en un intento
resumido de explicar la presencia de la serpiente en los caduceos de las
Ciencias de la Salud.
Los asiáticos reverenciaron a la cobra; los
africanos al pitón; los aborígenes australianos, a la serpiente arco iris y los
americanos, a la cascabel.
Templos en honor de la diosa serpiente fueron erigidos por druidas
y navajos; por chinos; brahmanes y apaches. La serpiente se convirtió en
símbolo de la sabiduría; riqueza; prudencia; fortaleza; salud; convalecencia;
longevidad; rejuvenecimiento e inmortalidad.
Sabemos que para el mundo mesoamericano la
presencia, el valor y el significado de las serpientes siempre tuvieron un
papel destacado dentro del pensamiento religioso, político y social de esta
enorme área cultural.
En
la iconografía prehispánica, la serpiente aparece bajo múltiples formas que,
dependiendo del contexto, puede llegar a representar a un dios o a un
gobernante; puede denominar un lugar sagrado o a un pueblo en concreto;
incluso, el ofidio puede ser la señal de un inminente peligro para el hombre.
El
reptil también puede simbolizar a la lluvia o a la tierra; es el rayo del dios
de la lluvia o el bastón de la diosa Coatlicue. También es la banda celeste
entre los mayas o el nombre personal de numerosos gobernantes entre los
mixtecos. La imaginería de las serpientes en los códices
calendárico-adivinatorios o en los de tipo histórico es abundante, aunque no
hay trabajos detallados sobre la identificación concreta de las distintas
especies de ofidios que se encuentran en las pictografías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario