Entre la amplia
producción literaria de Enheduanna destacan algunas obras poéticas como Inninsagurra (La señora del gran corazón), Ninmesarra (La exaltación de Inanna) e Inninmehusa (Diosa de los poderes aterradores), poemas
dedicados a su adorada Innana. Estos himnos están considerados por los
investigadores como los primeros intentos de establecer
una teología ordenada. De hecho, los textos compuestos por Enheduanna se han reconstruido a
partir de 37 tablillas descubiertas en las ciudades de Ur y de
Nippur, que datan del período Ur III (hacia 2112 a.C.-2004 a.C.). Esta colección se conoce como Los himnos de los templos sumerios, y en ellos Enheduanna afirma: "Rey mío,
algo se ha creado que nadie ha creado antes".
LA
PRINCESA-SACERDOTISA
De hecho, de la figura histórica de
Enheduanna se conocen muy pocos detalles. Se sabe que vivió hacia el año 2200
a.C., que era hija del fundador del Imperio acadio, Sargón I, y de su esposa
Tashlultum, y que ejerció como sacerdotisa del dios lunar Nanna en la ciudad
mesopotámica de Ur. La etimología del nombre de Enheduanna es una
combinación de las palabra "en", que en sumerio significa
sacerdote, "hedu", que significa adorno, y "ann",
cuyo significado es cielo. Así pues la traducción literal de su nombre
sería: "Suma Sacerdotisa, Ornamento del dios del Cielo".
Sabemos
que Enheduanna fue nombrada suma sacerdotisa por Sargón I. Y, en función de su
cargo, asumió la responsabilidad de unificar los panteones sumerio y
acadio para lograr la estabilidad que necesitaba el
joven imperio fundado por su padre. A Enheduanna
era devota de la diosa de la guerra y de la fertilidad, la Innana sumeria y la
Ishtar acadia.
Tras la muerte de
su padre Sargón I, Enheduanna escribió un poema narrativo dedicado a esta
divinidad titulado La exaltación
de Inanna, en
el cual la sacerdotisa le pedía ayuda para enfrentarse al acoso al
cual se vio sometida por parte de Lugalane, probablemente un rey de Ur que se
rebeló contra Naram-Sin, el nieto de Sargón, cuarto rey de Acad tras su tío
Rimush y su padre Manishutusu, ambos hijos de Sargón.
Y no solo eso. En palabras de la
propia Enheduanna, Lugalane era un rebelde que profanaba el templo
convirtiéndolo "en una casa de mala
reputación, forzando su entrada dentro como si fuera un igual",
y añade furiosa: "¡Se ha atrevido a acercarse a mí en su lujuria!".
Finalmente, Lugalane mandaría al exilio a la rebelde Enheduanna hasta que
finalmente Naram-Sin logró vencer al insurrecto y ella logró ser restituida
como suma sacerdotisa en el giparu de
Ur.
. Según el historiador británico Paul
Kriwaczek, las composiciones de Enheduanna, "aunque no se han vuelto
a descubrir hasta la actualidad, fueron
modelos de las plegarias durante siglos. A través de los babilonios, influyeron e
inspiraron las oraciones y los salmos de la Biblia hebrea y los himnos
homéricos de Grecia".
Enheduanna era
devota de la diosa de la guerra y de la fertilidad, la Innana sumeria y la
Ishtar acadia. Tras la muerte de su padre Sargón I, Enheduanna escribió un
poema narrativo dedicado a esta divinidad titulado La exaltación de Inanna, en el cual la sacerdotisa le pedía
ayuda para enfrentarse al acoso al cual se vio sometida
por parte de Lugalane, probablemente un rey de Ur que se rebeló contra
Naram-Sin, el nieto de Sargón, cuarto rey de Acad tras su tío Rimush y su padre
Manishutusu, ambos hijos de Sargón.
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