**Luego de muchas protestas año tras año, hoy en diciembre de 2024 siguen incansables los helicópteros brasileños sobrevolando y afectando los ecosistemas del lado argentino con tremendos ruidos desde que amanece, molestando también considerablemente a los turistas, que vienen por descanso de los ruidos de las grandes ciudades.
“Y en el
comedor del Hotel Internacional se interrumpen las conversaciones cada vez que
los elicopteros surcan nuestro espacio aéreo”
El
Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), organismo oficial de ese país,
desmintió que los sobrevuelos de helicópteros a las cataratas del Iguazú provoquen
efectos negativos al ecosistema del lugar, según publicó ayer el diario El
Territorio de esta capital.
A
su vez, el titular del Parque Nacional del Brasil Julio Gonchoroski sostuvo que
"la calidad del servicio y el ruido de los aparatos es una cuestión
específica por ser analizada por el grupo de trabajo que será integrado por
expertos de la Argentina y Brasil. Los estudios del Ibama indican que no hay
consecuencias ecológicas en las Cataratas".
No
compartiremos espacios No obstante, los brasileños parecen estar preocupados
por los reclamos argentinos y frente a la posibilidad de que el gobierno
nacional renuncie al acuerdo oportunamente suscripto con Brasil y Paraguay en
torno al uso compartido del espacio aéreo probablemente el 5 de mayo, como lo
señaló la secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, María
Julia Alsogaray. A partir de esa fecha, cada uno controlará su propio espacio
aéreo.
Cabe
recordar que la empresa Helisul del Brasil, pese a las continuas propuestas de
entidades ecologistas y al reiterado reclamo de la Argentina, incorporó dos
nuevas aeronaves que en forma permanente sobrevuelan los saltos, invadiendo
territorio misionero a baja altura.
Helisul
paga un importante canon al gobierno del Brasil y, además, convino con el Ibama
realizar tareas compartidas.
La historia
del reclamo argentino por el sobrevuelo de helicópteros sobre el lado argentino
de las cataratas comienza oficialmente en marzo cuando Parques Nacionales y la
Fuerza Aérea Argentina pidieron el cese de la violación brasileña de nuestro
espacio aéreo.
La
Cancillería argentina tendría esta semana conversaciones con sus pares de
Brasilia para encausar el reclamo internacional surgido en la zona que alberga
al Parque Nacional Iguazú, que es Patrimonio Natural de la Humanidad según la
Unesco.
Por
un convenio firmado hace seis años se compartía con Brasil y el Paraguay el
corredor aéreo para los vuelos sobre la frontera tripartita. La salvedad que se
hacía en dicho documento era la altura a la que debían circular: a más de 500
metros.
En
los senderos del Parque Nacional Iguazú es imposible escuchar el murmullo de
los pájaros, pero es también impracticable sentir el estruendo de los saltos si
uno no está sobre la pasarela y a pocos metros de la caída de agua: las palas
de los helicópteros emiten un ruido muchas veces superior al de las cascadas.
Fuente: La Nación
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