SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 3 de diciembre de 2024

¿SABEMOS en qué consiste la igualdad social?

 

Un poco de HISTORIA de la igualdad social:

El principio de igualdad social tiene su origen en las ideas de justicia y equidad que comenzaron a desarrollarse durante la Edad Antigua. Sin embargo, no se convirtió en un valor fundamental hasta el siglo XVIII.



El movimiento intelectual de la Ilustración, con filósofos como John Locke, Jean-Jacques Rousseau y Montesquieu, cuestionó las estructuras de poder que establecían privilegios para determinados grupos sociales. En ese contexto, la Revolución francesa (1789) consagró en su lema “Libertad, igualdad, fraternidad” el principio de igualdad ante la ley.

Desde entonces, el principio de igualdad social continuó evolucionando. Con el tiempo, fue incluyendo la lucha por la igualdad de género, racial y económica, así como otros derechos, y se convirtió en un ideal en la legislación internacional.

En 1948, la comunidad internacional adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y estableció la igualdad como uno de sus principios centrales. Desde entonces, se respalda la creación de leyes nacionales y la introducción de medidas concretas en los diferentes países con el objetivo de garantizar la igualdad y proteger los derechos de todos los ciudadanos.



La igualdad social es el principio que busca asegurar que todas las personas tengan las mismas oportunidades y derechos, sin importar su origen, género, etnia, clase social, religión u otra característica personal. Busca garantizar el acceso justo a la salud, la educación, el empleo y la participación en la vida pública.

La igualdad social implica la distribución equitativa de recursos, beneficios y responsabilidades dentro de una sociedad, con el objetivo de que todas las personas puedan desarrollar su potencial sin restricciones sociales. Se trata de un principio fundamental de las sociedades contemporáneas, porque promueve la vida digna y la tolerancia de las diferencias culturales.

Las normativas internacionales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, protegen el principio de igualdad social a nivel global. Estas normas son esenciales porque impulsan a los países a implementar medidas concretas para una sociedad más justa, el respeto a los derechos de todas las personas y la reducción de las desigualdades.



Características de la igualdad social

Entre las principales características de la igualdad social, se encuentran:

·         Acceso igualitario a los derechos. Busca que todas las personas puedan acceder a derechos fundamentales, como la educación, la salud y el empleo, sin discriminación.

·         Distribución equitativa de recursos. Promueve la asignación justa de los recursos para que todos los individuos puedan satisfacer sus necesidades básicas y desarrollar una vida plena.

·         No discriminación. Procura eliminar la discriminación basada en origen étnico, género, religión, clase social u otras diferencias personales.

·         Participación en la vida pública. Impulsa la integración de las personas en la toma de decisiones que afectan a la sociedad.

·         Protección de grupos vulnerables. Prioriza las necesidades de los grupos marginados, como minorías y personas en situación de pobreza, con el objetivo de que accedan a las mismas oportunidades que el resto de la ciudadanía.

Algunos ejemplos de medidas, leyes o acciones destinadas a promover la igualdad social son:

·         La educación gratuita y universal. En muchos países, el Estado ofrece educación pública gratuita para garantizar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a la educación, más allá de su situación económica, su origen o su género.

·         La ley de sufragio femenino. Durante siglos, se negaron los derechos políticos a las mujeres y la participación democrática estaba restringida a los hombres. Las mujeres debieron luchar por el reconocimiento de su derecho a voto, lo que fueron logrando en los diferentes países a lo largo del siglo XX. Este fue un paso crucial para asegurar la igualdad de género en la participación política.

·         La abolición de la esclavitud. La prohibición de la esclavitud, impulsada en el siglo XIX, fue un avance decisivo en la igualdad social, al reconocer la libertad y la igualdad de derechos para todas las personas, independientemente de su origen o situación económica.

·         Los derechos laborales para personas con discapacidad. Muchas veces, las personas con discacidad enfrentan problemas para acceder a un empleo digno debido a la discriminación, la inexistencia de espacios apropiados y la ausencia de igualdad de oportunidades. En algunos países, se implementan leyes que buscan asegurar su integración laboral y el respeto a su autonomía y sus capacidades.

·         El acceso a servicios de salud. En algunos países, existen programas de salud pública destinados a brindar atención médica gratuita o a bajo costo. El objetivo es garantizar que todas las personas tengan acceso a la salud, sin importar sus ingresos.

·         Las leyes de igualdad salarial. En muchas sociedades, existen leyes que prohíben a los empleadores pagar a sus empleados salarios diferentes por realizar el mismo trabajo. El objetivo es eliminar la discriminación y que las diferencias salariales estén basadas en razones legítimas, como la experiencia o las habilidades, y no en características personales o prejuicios.

Igualdad de género

La igualdad de género es un principio constitucional que implica que mujeres y hombres deben recibir los mismos beneficios y ser tratados con el mismo respeto. Es decir, que todas las personas (sin distinción de su condición sexual) tienen los mismos derechos y deberes frente al Estado y a la sociedad.

Para que la ley resulte efectiva, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales, como el acceso a la educación, el empleo, los servicios de salud, la seguridad social y la participación pública y política en los asuntos de la comunidad.

La igualdad de género es un derecho fundamental, necesario para alcanzar un mundo pacífico y próspero. Sin embargo, en la actualidad existen muchos países que tienen legislaciones que discriminan a las mujeres o niegan otras identidades de género.

Por ejemplo, en Arabia Saudita, Irán o Afganistán, las mujeres tienen restricciones para acceder a empleos e instituciones educativas, y no son libres de tomar decisiones sobre sus derechos de salud, sexualidad, matrimonio o actividad profesional.

Igualdad de oportunidades

La igualdad de oportunidades, que permite alcanzar una sociedad más justa, se mide a través de diferentes indicadores estadísticos. Estos indicadores son herramientas que permiten evidenciar en qué medida diferentes grupos sociales participan de una misma situación o acceden a los mismos derechos.

Hay dos tipos de indicadores, según los resultados que ofrecen:

·         Indicadores cuantitativos. Sus resultados son numéricos.

·         Indicadores cualitativos. Proporcionan información que facilita la comprensión de la situación analizada.

La recopilación sistemática de datos estadísticos sobre la discriminación y la falta de igualdad de oportunidades resulta decisiva para que estos problemas se tornen visibles y, en consecuencia, se tomen medidas eficaces para revertirlos.

Para llevar a cabo un análisis de datos estadísticos, es necesario emplear un buen indicador, que tiene que reunir las siguientes características:

·         Accesible. El proceso de recopilación y de análisis de la información necesario para medir tiene que ser técnicamente posible, sencillo y no debe implicar un coste demasiado elevado. Por ejemplo, entrevistas grupales, cuestionarios y encuestas, observación directa, bases de datos, etcétera.

·         Comprensible. La definición del indicador no tiene que dar lugar a ambigüedad, es decir que tiene que tener una interpretación única y sencilla. Un ejemplo de indicador comprensible podría ser: ¿Existe igualdad retributiva entre mujeres y hombres que ocupan un mismo cargo? La respuesta sería SÍ o NO.

·         Consistente y específico. El indicador tiene que presentar una relación directa y específica con el aspecto que pretende evaluar. Por ejemplo, para conocer la presencia de mujeres en cargos jerárquicos, el indicador podría ser: ¿Cuántos cargos de director hay en la empresa? Del total de personas entrevistadas para esos cargos, ¿cuántas eran mujeres?




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