SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 15 de diciembre de 2024

¡QUE VIAJE! Una ballena jorobada recorrió más de 13.000 km, desde Colombia hasta Tanzania, superando anterior récord de 10.000 km.

 

El uso de un software de reconocimiento de aletas caudales (flukeprints) permitió identificar al individuo gracias a sus marcas únicas, un avance revolucionario en la investigación marina.



Ballena jorobada realiza la migración más larga registrada: más de 13.000 kilómetros desde Colombia hasta Zanzíbar

En una hazaña migratoria sin precedentes, una ballena jorobada ha sido documentada recorriendo más de 13.000 kilómetros desde Colombia hasta Tanzania. Este extraordinario viaje, el más largo jamás registrado para una ballena, supera el récord anterior de 10.000 kilómetros.

Un hallazgo inesperado y sin precedentes



El equipo de ecólogos marinos que llevó a cabo la investigación destacó la complejidad del comportamiento de las ballenas jorobadas. Sin embargo, encontrar a un macho adulto a medio camino del mundo resultó ser una sorpresa inesperada. Según Ted Cheeseman, biólogo especializado en ballenas de la Universidad Southern Cross, este hallazgo contradice el comportamiento típico de estos cetáceos, que generalmente se mantienen dentro del mismo océano.

Para llegar hasta Tanzania, esta ballena tuvo que atravesar múltiples grupos poblacionales del Atlántico, un fenómeno que Cheeseman describió como más “extraño” que cualquier otro documentado previamente en esta especie.

Tecnología de reconocimiento de aletas caudales: una revolución científica



El análisis de este caso fue posible gracias al uso de un software avanzado de reconocimiento facial adaptado para identificar ballenas mediante las formas únicas de sus aletas caudales, conocidas como “huellas de aleta”. Estas huellas, tan únicas como las huellas digitales humanas, permiten identificar ballenas individuales basándose en cicatrices, muescas y patrones de color.

Según la bióloga marina Christie McMillan, estas herramientas tecnológicas han ahorrado a los científicos innumerables horas de búsqueda manual entre fotografías. Este método fue fundamental para rastrear al ejemplar en tres ubicaciones distintas: frente a las costas de Colombia, y posteriormente cerca de Zanzíbar.

Happywhale: Ciencia ciudadana en acción



El proyecto Happywhale, cofundado por Cheeseman, ha revolucionado el estudio de las ballenas al combinar imágenes recopiladas tanto por científicos como por ciudadanos comunes. Esta plataforma analiza más de 900.000 fotografías y ha identificado a 109.000 ballenas individuales. Entre ellas, un ejemplar apodado «Old Timer», avistado por primera vez en 1972 y nuevamente observado en el verano pasado.

Happywhale destacó la importancia de la colaboración global. Según la investigadora Vanessa Pirotta, esta tecnología convierte un día de observación en un aporte significativo para la ciencia. La integración de ciencia ciudadana ha permitido la generación de datos en regiones poco estudiadas, aportando conocimiento valioso sobre las rutas migratorias de las ballenas.

Desafíos y cambios en las migraciones de las ballenas jorobadas

Normalmente, las ballenas jorobadas permanecen dentro del mismo océano, migrando entre sus áreas de reproducción y alimentación. Por ejemplo, la población de Colombia migra desde las costas de Sudamérica hasta la Antártida. Sin embargo, este individuo desafió las normas al cruzar hacia el océano Índico, lo que plantea preguntas sobre los factores detrás de este comportamiento.

La comunidad científica aún no tiene claro si estas rutas inusuales son producto de cambios ambientales relacionados con el cambio climático o simplemente anomalías individuales. Según Ekaterina Kalashnikova, coautora del estudio y bióloga marina, es probable que la distancia real recorrida por la ballena sea incluso mayor que la documentada, ya que pudo haber pasado por la Antártida antes de llegar a Tanzania.

Implicaciones ecológicas y futuras investigaciones

El viaje récord de esta ballena subraya la importancia de la plasticidad conductual de las especies marinas en respuesta a un entorno cambiante. Este comportamiento podría ser una estrategia evolutiva para adaptarse a las presiones globales, como el cambio climático. Además, destaca la necesidad de consolidar bases de datos globales para estudiar a estos mamíferos marinos de amplia distribución.

Lisa Kettemer, bióloga del Ártico, enfatizó que herramientas como Happywhale están transformando nuestra comprensión de las ballenas, conectando historias y datos a nivel mundial. Este enfoque no solo aporta conocimiento científico, sino que también fomenta la conciencia pública sobre la importancia de proteger a estas especies y sus hábitats.

El viaje de esta ballena es un recordatorio poderoso de los impactos que las actividades humanas y los cambios climáticos están teniendo en el comportamiento de los ecosistemas marinos. Este estudio es un ejemplo inspirador de cómo la tecnología y la colaboración global pueden arrojar luz sobre los misterios de la naturaleza, promoviendo un futuro más sostenible para los océanos y sus habitantes.

 

 

 

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