Fuente; Infocampo:"Esto
no es una cuestión a medias: las ideas de la libertad se abrazan, o no se
abrazan", fue una de las frases destacadas de Milei en La Rural. Las
mejores imágenes y datos llamativos que pintan el calor y color del paso del
mandatario por Palermo.
EL
TURNO DE JAVIER MILEI
Antes
de empezar el Jefe de Estado escuchó que desde una de las tribunas le
gritaron: “Gracias por matar la inflación, Presidente”
“Gracias,
pero todavía falta. A mitad del año que viene vas a ver cuando la hagamos cero”, respondió Milei, que a pesar de la amplia presencia de niños entre el
público cargó nuevamente su discurso, de 40 minutos, con el tono agresivo que lo
caracteriza. El Jefe de Estado se apoyó 11 veces en su concepto de
“casta”, una idea cada vez más difusa en la coyuntura actual.
También
habló del “señor de la 125”, en relación al senador Martín Lousteau, exministro de Economía y actual presidente del Comité Nacional de la
Unión Cívica Radical. Fue otro de los momentos celebrados por el público, que
retomó el vigor cuando Milei afirmó que la rebaja de retenciones “no tendrá
vuelta atrás mientras yo esté en el Gobierno”.
Sí
cosechó un tibio aplauso el pasaje de su discurso dedicado a los “modelos de
país posibles”, cuando afirmó que la dicotomía, desde su mirada, está
entre “el modelo de la libertad y el de la servidumbre estatal, representada
por el partido del Estado”.
“O sea, todos los que no
abrazan las ideas de la libertad. Y esto no es
una cuestión a medias: o se abrazan, o no se abrazan, porque
cualquier camino intermedio también lleva al colectivismo, planteó el
Presidente Milei.
El cierre de su alocución tuvo la energía que
suele caracterizarlo y sirvió de conexión inmediata con los presentes, que
respondieron al unísono al ya célebre “¡Viva
la libertad, carajo!”.
Milei se quedó a presenciar el desfile de
campeones, con un particular menú que compartió con su hermana Karina:
hamburguesas, acompañadas de café.
A la distancia saludó a
varios de los entrenadores e incluso siguió de
cerca la pasada de una joven que sufrió una caída desde un caballo.
Apenas ingresó una picadora New Holland, no
titubeó e hizo parar la máquina delante del palco. Milei entonces aprovechó y se subió a saludar al
conductor.
Luego haría lo mismo junto a
su hermana Karina, pero en
una Jaguar 960 de Claas.
El público, a su vez, se mantuvo en su lugar y vio
cómo el presidente paseó por el predio y participó de un programa de radio con un casco del polista Adolfo Cambiaso y
se marchó del predio con la cucarda que le había regalado el entrenador de uno
de los caballos campeones de raza Percherón.
Entre el cemento que separa
algunos de los edificios que componen el habitual marco del predio ferial de
Palermo, el gentío del sábado se hizo sentir mucho más que el que se vio en el
resto de los días que se vivieron en la 137°
Exposición Rural.
El plato fuerte iba a ser la presencia del presidente de
la Nación, Javier Milei, y la expectativa por anuncios de baja
-ya que nadie imaginaba una eliminación- de retenciones.
Con ese espíritu, y pese a un
termómetro que a las 10 de la mañana no pasaba de los 8° y con un viento que
aceleraba más a la baja la sensación térmica, las tribunas
que le dan marco a la pista más tradicional del campo argentino ya estaban
colmadas.
Largas filas, escáneres
detectores de metales a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y
controles exhaustivos para todo aquel que estuviera en las inmediaciones de la
presencia presidencial. En simultáneo, en la sala de prensa también se vio a
oficiales de Policía con perros detectores.
A pocos metros la presencia de figuras de la
política y hasta de los medios de comunicación comenzaban a llenar el palco. La única persona que recibió aplausos del público
de una de las tribunas más cercanas fue la ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, cuando ingresó cerca de las 10:35.
Mientras, en las arenas
bailaban los imponentes caballos de la Fanfarria Militar “Alto Perú”, con sus
50 músicos a cuestas.
Se trata del cuerpo que fue creado en 1926 y rememora la acción del cerro
de Pasco, de 1820. Tordillos y zainos oscuros, más el azul,
rojo y blanco del Regimiento de Granaderos a Caballo aportaban color, sonido y
emoción de los socios de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
UN
ACTO CON MUCHA TELA PARA CORTAR
Su
presidente, Nicolás Pino, abrió el acto puntual a las 11 una vez que el
trío compuesto por el Presidente Milei, la secretaria General de la Presidencia
Karina Milei y el ministro de Economía Luis Caputo arribaron parados
en una caja de una pickup Toyota negra.
El
Jefe de Estado descendió de la unidad y pisó la alfombra verde puesta
sobre la arena. Una vez en el palco, saludó a varios de los invitados con
los que se cruzó o se acercaron a darle un abrazo o al menos un apretón de
manos, que fue lo que intentó el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Y Milei, tal como lo había
hecho en el Tedeum del 25 de mayo en la Catedral porteña, volvió a negarle el
saludo. Macri se quedó nuevamente con la
mano en el aire y desde la tribuna más cercana al corralito para trabajadores
de prensa se escuchó la celebración: “¡Ooole!”.
Pino brindó un discurso de media hora con el cual
acompañó el sendero macro de la política económica del Gobierno, más allá de
algunos pedidos concretos: por el INTA y
la necesidad de que “siga existiendo”; el Senasa y la importancia de
“reorganizarlo”.
“Recibimos con alegría a todos los productores.
Son quienes brindan al país los bienes más diversos: las lanas y carnes de la
Patagonia; las frutas del Alto Valle del Río Negro; el algodón, la yerba y el
té del Noreste, los cítricos y la avicultura del Litoral; la ganadería, los
cereales y las oleaginosas de la Pampa Húmeda; el tabaco, el garbanzo y el
pimiento del Noroeste; la uva y el vino de Cuyo. Saludamos a
los representantes de las cuencas lecheras del país, a los productores de miel,
a los forestales, a los criadores de razas equinas reconocidas en todo el
mundo, y a los que cultivan la inmensa variedad de producciones regionales en
todos los rincones de la Argentina”, dijo Pino.
El titular de la SRA reconoció que al escribir su
discurso, la inquietud de la entidad era si el planteo
debía ser en tono “pesimista” u “optimista”. Afirmó haber escogido un registro
“realista”. A la izquierda, en un vértice del escenario,
pero lejos del atril, miraban Andrea Sarnari, Lucas Magnano y Carlos
Castagnani, los otros integrantes de la Mesa de Enlace.
La descripción de Pino fue
cosechando distintos aplausos a lo largo de esa media hora. Algunos tenues, como cuando dijo que “el campo no
es un aliado partidario” o el pedido de “fiscalías especiales” para temáticas
del agro.
Lo mismo cuando señaló: “Cuando la SRA mira al país entero y a su Gobierno,
en nombre de los productores del campo, toma como eje de pensamiento y acción
la defensa de las instituciones republicanas. Apoyamos la
independencia de cada uno de los tres Poderes del Estado, en el marco de la
Constitución”.
Pero todo cambió cuando -sin nombrarla- ahondó en
la idea y puso a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el centro de
la escena. Fue el momento de mayor júbilo de
los presentes durante toda la mañana, por encima de los
anuncios de rebajas de retenciones que serían explicados por Milei.
“Por ejemplo, la actuación independiente de la
Justicia, manifestada recientemente en el cumplimiento efectivo de la condena
de una ex presidente de la Nación. La SRA condena
la violación de la ley, y el aprovechamiento de la función pública para
negocios privados. Es una vergüenza la perpetuación indebida de algunos
funcionarios en el poder”, lanzó Pino, que mantuvo un constante
juego de miradas con el Jefe de Estado.
Su defensa del INTA con actualizaciones, y el pedido
de cambios en el Senasa también fueron aplaudidos, pero ninguno tuvo mayor eco
que las palabras hacia la líder kirchnerista. Incluso, hubo un párrafo de Pino
dedicado al Papa Francisco. “A quien los
argentinos todavía extrañamos, quien fue el primero en decir (…): ‘Nadie se
salva solo’. Recordamos sus palabras con emoción, y con el compromiso colectivo
de perseverar en el trabajo responsable del campo”. Sin
embargo, no cosechó aplausos.
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