SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 23 de julio de 2025

¡REGRESE! Reunirnos para celebrar la vida, un lechón crocante, una cima rellena, empanadas y el vino dulce de la familia.

 

Toda esta magia sucede desde mis abuelos, padres y hoy nosotros con hijos y nietos, mucha música, canto y poesía en mi parque y cabañita de El Triunfo, un bello y calmado espacio que nos hace viajar hacia allí solo para vernos, abrazarnos, reír y cantar, folclore, romántico, tango y poesía. Nuestros abuelos y bisabuelos sabían que reunirse a comer en familia es crucial para el desarrollo emocional, social y físico de todos nosotros. Fortalece los lazos familiares, promueve hábitos alimenticios saludables y mejora la comunicación y el bienestar general. 



Un estudio reciente demostró que Argentina es el país que más disfruta de la comida casera, servida en la mesa familiar, un dato que no dejó de sorprender incluso a los mismos interesados. Esto es lo que demuestra un estudio reciente, que se suma a anteriores investigaciones con conclusiones similares.



En efecto, el relevamiento, que se conoció hace diez días y fue encargado por una empresa multinacional, incluyó 3500 entrevistas a mayores de 18 años en los Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, México, Rusia y la Argentina, entre junio y julio últimos. De acuerdo con los resultados, en la Argentina, el 94 por ciento de la gente considera que compartir las comidas es una faceta importante de la vida. El promedio mundial, en cambio, es de un 79 por ciento, más light y menos "familiero".



Tanta es la valoración que se tiene de la reunión familiar durante las comidas, que la Argentina es también el país del mundo donde más días a la semana los padres se sientan a comer con sus hijos. El 95 por ciento de las comidas del día se disfrutan alrededor de la mesa hogareña y en cuatro de cada diez de ellas, con todos los miembros de la familia.

La novedad de este relevamiento es que los argentinos mayores de 18 años opinan que los chicos que almuerzan o cenan con sus padres con frecuencia no sólo se alimentan mejor, sino que obtienen mejores calificaciones en la escuela. En efecto, más del 80 por ciento de los encuestados argentinos opinó que los hijos que se sientan a la mesa para almorzar o cenar con sus padres son a menudo "más felices, tienen más confianza en sí mismos y mayores habilidades discursivas". Todas características que, como bien se puede deducir y el estudio lo destaca, son altamente positivas para el buen rendimiento escolar.

El informe, justo es decirlo, viene a resaltar una verdad que siempre hemos reconocido: el valor de la presencia de la familia en la vida de todo ser humano, pero, en particular, en la Argentina, donde muchas familias están viviendo bajo el índice de pobreza y de indigencia, y aun así conservan la noción de cuán importante es permanecer juntos a pesar de tantas dificultades e injusticias.

 

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