En Argentina se faenan jabalíes, tanto de forma recreativa (caza) como
en establecimientos habilitados para la producción de carne. La caza de
jabalíes se realiza en varias provincias, a veces con vedas y cupos, y otras
sin restricciones. Además, existen iniciativas para fomentar la cría y
producción de carne de jabalí, aprovechando su sobrepoblación en algunas zonas.
La faena de jabalíes en Argentina se da en un contexto donde la especie
es considerada exótica invasora y, en muchas regiones, se encuentra en
sobrepoblación. Esto ha llevado a que se implementen diferentes medidas
para controlar su expansión, incluyendo la caza y la producción de carne.
En varias
provincias, como Buenos Aires, se permite la caza de jabalíes sin restricciones
de veda o cupo, considerándola incluso como una forma de control poblacional. En
otras, existen regulaciones específicas con vedas y cupos por cazador.
Existen criaderos
y establecimientos habilitados que faenan jabalíes para la producción de carne,
carne procesada (chacinados, ahumados, etc.) y subproductos.
La faena de
jabalíes, ya sea por caza o producción, contribuye al control de su población,
que puede causar daños a cultivos, ganado y ecosistemas.
Se advierte sobre la importancia de analizar la carne de jabalí para
descartar la presencia de triquinosis, una enfermedad que puede afectar a
humanos.
En resumen, la faena de jabalíes en Argentina es una práctica que se
realiza con diferentes fines, desde el control poblacional hasta la producción
de carne, y que se encuentra enmarcada en un contexto de creciente preocupación
por el impacto de esta especie exótica invasora.
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