SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 22 de agosto de 2024

Exagerada protección animal: Los jabalís han 'invadido' Estados Unidos; ¿Por qué no los consumen?

 

Los seis millones de cerdos salvajes ('Sus scrofa') que hay en el país destruyen cultivos y se aprovechan de especies en peligro de extinción. Pero la amenaza más grave es para la salud humana.

Cerdos, puercos, jabalíes, verraco. Salvajes, asilvestrados, invasores, no autóctonos. Sean cuales sean las palabras que se utilicen, estos omnívoros con colmillos están más extendidos que nunca en Estados Unidos.




Los cerdos salvajes (o asilvestrados), como los denomina el Departamento de Agricultura de EE.UU., no son autóctonos de Norteamérica. Más bien, los exploradores y colonos europeos trajeron la especie euroasiática, Sus scrofa, al Nuevo Mundo muchas veces, empezando ya en el siglo XVI, como ganado o como animales de caza para alimento o deporte.

 

En la actualidad, unos seis millones de cerdos asilvestrados viven en libertad en al menos 35 estados de EE.UU., donde pueden llegar a medir más de metro y medio y pesar más de 150 kilos. Son criaturas adaptables, capaces de prosperar en casi cualquier entorno.




Por ejemplo, estos animales están cada vez más extendidos en numerosas islas del Caribe y en México, desde Baja California hasta la península de Yucatán, así como en Canadá, donde ni siquiera la nieve profunda y el frío intenso pueden frenarlos. 

 

Además, las hembras pueden empezar a reproducirse con sólo ocho meses de edad, y cada una puede producir hasta dos camadas de cuatro a 12 lechones cada 12 a 15 meses. Esto permite a la especie multiplicarse rápidamente y colonizar nuevos territorios con una eficacia sin parangón. Los cerdos asilvestrados también arrasan los cultivos agrícolas y pueden dañar a las personas que los acorralan. Pero esos resultados no son los que realmente preocupan a los expertos.

 


ENFERMEDADES:

Los jabalís pueden ser portadores de una letanía de patógenos potencialmente transmisibles a las personas, como la leptospirosis, la toxoplasmosis, la brucelosis, la gripe porcina, la salmonela, la hepatitis y la E. coli patógena.

Pero hay otra preocupación: nuevas enfermedades que aún desconocemos.

"Los cerdos, en general, se consideran una especie que se mezcla, porque son susceptibles a los virus humanos, como el virus de la gripe", dice Vienna Brown, bióloga del USDA que trabaja en el Programa Nacional de Gestión de Daños de Cerdos Salvajes. "Y cuando esos entran en los cerdos", dice, podrían "crear un nuevo virus de la gripe".

"Así que yo diría que nuestro riesgo con los cerdos es mayor que con otras especies de fauna más tradicionales, en parte por su naturaleza gregaria, nuestra proximidad a ellos y simplemente por su número".

Contraatacando contra los cerdos salvajes invasores:

 

Hasta ahora, intentar acabar con los cerdos salvajes no ha funcionado. Las autoridades de las Smokies han eliminado más de 15 000 cerdos asilvestrados desde que se iniciaron las actividades de captura y caza, pero la población sigue relativamente igual, afirma Stiver.

"Lugares como Florida, California, Oklahoma, Texas... sus poblaciones son tan grandes y están tan extendidas... que la erradicación no es realmente el objetivo en este momento", dice Brown. "Se trata de gestionar los daños".

Sin embargo, en las zonas fronterizas donde los jabalís aún no se han establecido del todo, hay destellos de esperanza.

En 2021, el equipo de Guerrant eliminó 9857 cerdos asilvestrados del estado de Misuri, que representa el límite septentrional del área de distribución de los cerdos salvajes en el Medio Oeste: una reducción del 60%.

Guerrant coordinó la exitosa respuesta entre 13 organismos federales y estatales, así como organizaciones agrícolas y de conservación.

A fin de cuentas, los expertos afirman que el control de los cerdos asilvestrados compensa con creces los costes, aunque los beneficios no sean evidentes a primera vista.

"Podemos valorar fácilmente el precio de un acre de maíz", dice Brown. "Pero cuando nos fijamos en el coste de la propagación de la enfermedad, ni siquiera podemos imaginar el coste que supondría".

"Eso es lo que estamos previniendo ahora", dice Brown.

 

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