**Bueno, no hay gran diferencia con los humanos, criamos
animales, en muchos casos los vemos morir o luego los compramos en la carnicerías,
el Dragon obvia los pasos intermedios, solo se trata de sobrevivir y sin
alimentos sería imposible para cualquier especie. (Comentario e Miguel Angel F. G.)
Científicos en Australia descubrieron que el reptil, que se sabe
muerde a su presa y la libera para dejarla morir desangrada, inyecta con sus
dientes un potente veneno durante su eficaz estrategia de caza.
Hasta ahora se pensaba que el
lagarto mataba a su presa causándole septicemia con una bacteria oral altamente
tóxica, provocándole un choque séptico antes de matarla y devorarla.
Pero el estudio, publicado en Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS), (Actas de la Academia Nacional de
Ciencias), descarta esta teoría.
"La teoría de que el Komodo
rutinariamente mata utilizando la bacteria en su boca está equivocada",
afirma el doctor Stephen Wroe de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en
Australia, uno de los autores del estudio.
"El dragón es extremadamente venenoso. Tiene glándulas salivales
modificadas que liberan agentes hipertensivos y anticoagulantes que, en
combinación con una sofisticada adaptación craneal y dental, le permite matar
grandes animales con un rápido desangrado".
El dragón de Komodo, cuyos antepasados vivieron hace más de 100
millones de años, es el lagarto más grande que habita hoy. Puede llegar a medir
hasta tres metros y pesar hasta 140 kilogramos.
Habita en las islas indonesias de
Komodo, Rinca, Flores, Gili Motang y Gili Dasami.
Los científicos creen que su
inusual talla se debe a un fenómeno conocido como gigantismo insular, que
ocurre cuando no hay otros carnívoros competidores en las islas donde habita.
Estos lagartos carnívoros son
superdepredadores que dominan el ecosistema donde viven. Y aunque comen
carroña, también cazan y tienden emboscadas a sus presas, que incluyen
invertebrados, aves, y mamíferos.
En la nueva investigación, en la
que también participaron científicos de la Universidad de Melbourne, se
utilizaron sofisticadas técnicas de imágenes computacionales médicas para
analizar la mordida del dragón.
Descubrieron que estos reptiles
tienen mordidas mucho más débiles que las de cocodrilos de una talla similar.
Sin embargo, las imágenes de resonancia magnética revelaron que los dragones
tienen también unas complejas glándulas venenosas.
Para analizar el veneno, los científicos
extrajeron estas glándulas de un dragón del Zoológico de Singapur que estaba
desahuciado. Descubrieron que la toxina era similar a la del monstruo de Gila
(un lagarto venenoso de América del Norte) y a la de muchas víboras.
Esta sustancia, dicen los autores,
causa una reducción severa en la presión arterial al evitar la formación de
coágulos sanguíneos y el ensanchamiento de los vasos, induciendo así un choque
en la presa.
Además, la estrategia de caza de
esta especie se vuelve mucho más efectiva cuando se combina el veneno con la
poderosa mordedura que puede infligir con una hilera de 60 dientes
extremadamente serrados que el dragón puede reemplazar frecuentemente durante
su vida.
"Creemos que el dragón es
capaz de debilitar e inmovilizar a su presa con la mordedura venenosa, con la
cual puede incrementar el daño causado por sus largos dientes serrados",
afirma el doctor Bryan Fry, quien dirigió la investigación en la Universidad de
Melbourne.
"La combinación de esta
mordedura especializada con el veneno parece minimizar el contacto del dragón
con su presa y esto le permite cazar animales grandes", señala el
investigador.
Se calcula que la población total
de los dragones de Komodo que viven en libertad es de entre 4.000 y 5.000.
El número se ha reducido debido a
actividades humanas y la Unión Internacional de la Conservación de la
Naturaleza lo ha catalogado como una especie vulnerable.
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