SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 5 de junio de 2025

ENTRE TODO LO DESTRUIMOS, AHORA…, Pequeños cambios de hábito pueden significar mucho para el cuidado de nuestro planeta.

 

Una persona camina por la calle, pela un caramelo para su hijo y tira el papel al piso. El portero del edificio baldea la vereda con la manguera abierta, pasa un vecino y se ponen a charlar, la manguera sigue abierta. Una familia sale de paseo; en la casa quedan las luces de los dormitorios y las computadoras prendidas.



Es cierto, estos pequeños actos no llegan a causar ni un milésimo del daño que puede causar una fábrica que tira elementos contaminantes al río, por ejemplo. Pero si multiplicamos por miles y millones esas pequeñas acciones individuales, veremos que con poco podemos ayudar mucho y que cada buena práctica, cada acción consciente y responsable es significativa e importante para el cuidado del ambiente. Cada uno de nosotros tiene un rol fundamental. Niños, adolescentes y adultos pueden llevar adelante hábitos, actitudes, comportamientos y acciones cotidianas con un impacto positivo en el ambiente.

Una tarea de todos y sobre todo de cada uno



Tomar consciencia de que el cuidado del medio ambiente también es nuestra responsabilidad es el primer paso para comenzar a ser parte de la creación de un mundo más sano y limpio. La información es el segundo.

Algunas acciones cotidianas recomendadas desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación son:

Reducir el consumo de agua: la vida depende del agua. Es una fuente insustituible y fundamental. Además de ser esencial, es un recurso agotable y el acceso a agua potable es cada vez más escaso a nivel mundial.

·         Reparar los caños y llaves que goteen en cocinas y baños: una canilla que gotea desperdicia aproximadamente 46 litros de agua por día.

·         Cambios de hábito simples como cerrar la canilla al enjabonarse las manos, afeitarse o lavarse los dientes son importantes: una llave abierta consume ¡hasta 12 litros de agua por minuto!

·         Hacer lavados solo cuando se junta bastante ropa es importante pues el lavarropas consume aproximadamente 100 litros por ciclo.

·         Al lavar vajilla o el auto no es necesario dejar todo el tiempo el agua correr.

·         Regar el jardín a la noche para que el agua no se evapore

·         Tener en cuenta que una ducha breve (de 3 a 4 minutos) demanda unos 40 litros de agua, mientras que un baño de inmersión, 150 litros.



Usar racionalmente la energía: es otra acción importante. Hasta las más pequeñas acciones son valiosas.

·         Apagar las luces cuando no se las utiliza

·         Usar lamparitas bajo consumo o led

·         No dejar las pantallas de computadora prendidas si no se usan, o mejor, en lo posible, apagar el equipo completo.

·         En verano usar el aire acondicionado en 24 °C. Según datos de ENARGAS, cada grado de diferencia supone un ahorro de un 8 % de energía.

·         Aprovechar la luz natural todo lo que se pueda, abriendo persianas y cortinas.

·         Aislar correctamente puertas y ventanas para no perder calor en invierno ni el frío del aire acondicionado en verano.

·         Mantener persianas cerradas durante las horas de más calor ayuda a que la temperatura de la casa no se eleve tanto.

·          

Reducción de residuos: es una tarea más fácil de lo que parece. Tiene varias claves.

 


Disminuir el consumo de productos envasados.

Reducir el uso de plástico rechazando bolsas innecesarias y reemplazándolas por las bolsas de tela o por changuitos para hacer las compras.

Limitar el consumo y evitar las cosas superfluas que se descartarán rápidamente.

Elegir productos con envases retornables.

Reutilizar todo lo que se pueda.

Limitar el consumo de papel, adhiriendo a facturas y resúmenes electrónicos, usando ambos lados de cada hoja.

Comprar cuadernos o resmas, que estén certificadas (FSC).

Hacer una compostera para evitar los residuos orgánicos y cuidar tus plantas.

Optimizar el uso del transporte: los gases generados por los vehículos a combustión son altamente dañinos, y hay muchas formas de reducirlos.

·         Utilizar el transporte público o compartir los viajes en auto.

·         Elegir la bicicleta o la caminata para distancias que lo permitan, lo que a la vez trae grandes beneficios para la salud.

Cada buena práctica, cada acción consciente y responsable de las personas, es significativa e importante para el cuidado del ambiente. El ambiente, “nuestra casa común”, es el lugar que habitamos y compartimos con otros seres vivos y que nos permite acceder a diferentes recursos. Constantemente sufre modificaciones y alteraciones. Algunas son de origen natural y otras son causadas por los hombres y las mujeres y sus distintas actividades y ocasionan diferentes tipos de impacto. Hoy en día, también entendemos y podemos visibilizar los problemas ambientales como problemas complejos e intentamos comprenderlos y analizarlos desde diversas miradas y ejes; somos más conscientes de cómo nuestras acciones repercuten en el entorno. Tenemos la posibilidad de construir nuevas realidades, nuevos estilos y formas de desarrollo sustentables en las que tengan lugar y espacio la manifestación de lo diverso, en lo cultural y en lo natural, y la realización de potencialidades individuales y colectivas.

Para la mejora, entonces, es necesario asumir un desafío: el de tomar caminos que permitan lograr el desarrollo sustentable con relaciones más justas, equilibradas y solidarias con el ambiente en todas sus dimensiones.

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