El ex presidente de facto Jorge Rafael Videla fue condenado anoche a 50 años de prisión por idear y ejecutar un plan sistemático y generalizado para robar y ocultar bebes nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar. El juicio, que comenzó el 28 de febrero del año pasado, es uno de los más importantes realizados contra los jefes del régimen militar porque es la primera vez que la Justicia consideró que existió un plan para hacer desaparecer a los hijos de los detenidos ilegalmente.
Curtido ya por las dos condenas a reclusión perpetua que recibió (una en Córdoba y otra en la causa XIII, de 1985), Videla apenas si parpadeó detrás de los anteojos de marco dorado cuando la presidenta del tribunal, María del Carmen Roqueta, leyó que se le unificaban las sentencias en una pena única de reclusión perpetua. Tras el fallo se levantó encorvado, extendió las manos para que lo esposaran y volvió a su calabozo. Llevaba un traje azul.
El otro presidente de la última dictadura que estaba entre los acusados, Reynaldo Bignone, recibió una condena de 15 años de prisión, considerada insuficiente por los organismos de derechos humanos. Además, el Tribunal Oral Federal N° 6 condenó al ex almirante Antonio Vañek a 40 años de cárcel, mientras que Jorge "El Tigre" Acosta recibió 30 años, y Santiago Omar Riveros, ex comandante de Campo de Mayo, otros 20 años.
Víctor Gallo fue sentenciado a 15 años, el ex oficial de inteligencia de la Esma Juan Antonio Azic recibió 14 años y el médico Jorge Luis Magnacco, 10 años, en una pena unificada en 15 años con otras condenas anteriores. Susana Inés Colombo, ex mujer de Gallo, recibió 5 años de prisión.
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