SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 11 de febrero de 2019

El reclamo es universal, NO TOMAMOS CONCIENCIA del CAMBIO CLIMÁTICO y se hace poco por estabilizarlo.

El Panel Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, presentó el este lunes un informe que advierte que si el calentamiento global continúa avanzando a su ritmo actual, en el año 2030 las temperaturas podrían aumentar un 1,5 C° ó 2,0 C°, generando severas e irreparables consecuencias para el planeta.
Inundaciones en Argentina

Uno de los mensajes fundamentales arrojado de forma contundente por el informe es que ya estamos viviendo las consecuencias de un calentamiento global de 1 C° con eventos meteorológicos más extremas, aumento del nivel del mar y un menguante hielo marino en el Ártico. Situación que empeoraría si las temperaturas siguen al alza.
Sequías infernales

Al respecto, Paulina Aldunce, académica de la U. de Chile y autora líder de los informes del IPCC de las Naciones Unidas, fue invitada como representante de nuestro país a la reunión del grupo de expertos de Cambio Climático de la OCDE en París, Francia. El objetivo de la invitación es para reportar los avances en las metodologías para evaluar la adaptación y los resultados en términos de adaptación llevados a cabo en Sudamérica.
Nieva en el Norte argentino

La especialista se refirió a este informe, haciendo énfasis en algunos puntos. “El reporte caracteriza y visibiliza las diferencias entre un mundo que alcanza los 1,5 C° y otro con de 2,0 C°. El aumento de la temperatura hace incrementar los eventos extremos en cuanto a su frecuencia y severidadresultando en desastres que causan mayores daños a la población. Por otro lado, también se proyectan consecuencias nefastas como el aumento en la extinción de especies, daños en ecosistemas, disminución del recurso hídrico, entre otros efectos irreparables”.

Ante este probable escenario, ¿cuáles son los desafíos y cuáles son los obstáculos para concretarlos?

Los sectores antárticos se derriten
con mas prisa de lo esperado.

Entre los desafíos, se requiere mayor compromiso y voluntad política de los gobiernos, lo que implica -por ejemplo- asignar mayores recursos económicos y profesionales en cada institución gubernamental, tanto a nivel nacional como local. Si bien se dio un gran paso al firmar el nuevo acuerdo climático, COP 21, esto no es suficiente. Se requiere de un actuar con mayor urgencia, para poder hacer frente al dinamismo y altos niveles de incertidumbre asociados al cambio climático, incertidumbre que dificulta la toma de decisiones a todo nivel y por los distintos actores de la sociedad.
En términos de obstáculos, necesitamos cambios en las trayectorias de desarrollo, sobre todo aquellas que nos llevan a un mayor consumismo de productos que para su elaboración requieren combustibles fósiles, los que generan gases de efecto de invernadero.
No somos lo suficientemente conscientes de los impactos del cambio climático y cómo afecta a cada persona, tampoco vemos la urgencia de responder, y la necesidad de transformaciones profundas en la sociedad. En este sentido, necesitamos que los conocimientos generados, por ejemplo por la academia, logren permear en la sociedad.

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