Joaquín Tenaglia Canut, nacido en Rosario, está dentro del
uno por ciento de los mejores alumnos de Estados Unidos. Brilló en un examen
que rindieron chicos superdotados de 84 países, pero lo definen como un
“antinerd”
La
universidad le ofrece a chicos superdotados rendir exámenes de mayor
dificultad, contenidos que le tomarían a adolescentes tres años más grandes. En
esos tests se volvió a lucir: en 2020 y 2021 obtuvo el High Honors, que solo
alcanza el 20 por ciento de los jóvenes “gifted” que rinden. En su
futuro Linkedin también podrá presumir que recibió el Gold Presidential Award
for Academic Excellence, que le otorgó el por entonces presidente Donald Trump.
“Ese examen de Hopkins nos permitió que Joaquín
adelantara un grado. Pasó de quinto a
séptimo directamente porque realmente estaba perdiendo el tiempo. Es más,
él en quinto ayudaba a las maestras con los chicos que no entendían. Casi que
era un docente más, pero él no avanzaba”, recordó su madre.
Ya estando en séptimo grado, Joaquín obtuvo sus
primeros 9 créditos del “college” -el primer tramo universitario- y este año
sumará otro al rendir álgebra. Antes del inicio de clases, le volvieron a
ofrecer saltear un año, pero los padres respondieron que no porque prefieren
que “siga siendo un niño y mantenga sus amigos”.
Joaquín juega al fútbol y toca el trombón en el
colegio
Joaquín no responde a ningún rasgo de lo que
marcaría el estereotipo de “uno de los jóvenes más brillantes del mundo”.
Él no se siente del todo cómodo con el mote, dice que lo avergüenza. Su mamá,
de hecho, lo define como el “antinerd”. En la escuela, se divierte haciendo
deporte y tocando el trombón. En su tiempo libre, prefiere jugar a la Xbox,
mirar Youtube y le escapa al estudio.
Todavía no tiene idea qué quiere ser de grande. “Lo único que quiero hacer ahora es jugar, no sé qué voy a ser cuando crezca. Quizás algo que tenga que ver con matemática y en la NASA”, responde mientras comenta al pasar que le llegó una invitación a un congreso de jóvenes líderes al que no asistirá porque cae en vacaciones y porque, en realidad, no le interesa. Después repiensa la pregunta sobre su futuro: “Algo que quiero hacer como hobby es ser youtuber. Jugar videojuegos, hacer videos, cosas así” “Había aprendido por su cuenta mirando dibujitos. Nuestra idea siempre fue mantener el español en casa”, cuenta su madre, Laura Canut, desde Tullahoma, donde se mudaron en 2019.
“Siempre fue muy rápido y muy hábil, sobre todo con
los números. Desde muy chiquito jugábamos en el auto a sumar y restar números
de tres cifras. Él lo hacía más rápido que nosotros, pero todo padre piensa que
su hijo es especial. Tener
esa habilidad es una cosa y otra muy distinta es que un día te digan que tu
hijo tiene una inteligencia superior al 99% de los chicos de su misma edad de
Estados Unidos”.
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