SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 22 de agosto de 2021

¿Que es el LITIO y para que sirve? Recordemos que Argentina lo tiene en abundancia-

 

La electromovilidad y el desarrollo de energías renovables ocupan un lugar preponderante en la agenda del presidente Joe Biden, quien también busca un acercamiento con América Latina. Es un buen momento político y económico para que Argentina trate de estrechar vínculos con ese país, en forma bilateral o liderando una iniciativa regional del litio.



Las oportunidades están dadas y el momento es ahora para que Argentina ocupe un lugar preponderante en la transformación energética global. En las próximas dos décadas, los vehículos eléctricos (VE) reemplazarán a gran parte de los de combustión, sellando una transformación mundial de tal magnitud y alcance que es comparable con la Revolución Industrial que transformó a la humanidad en el Siglo 18.

Argentina es el cuarto productor mundial de litio, que hoy es un insumo clave para la fabricación de la batería de ion de litio recargable que hace funcionar los VE. Puede que la composición química de la batería cambie en el largo plazo y que el litio sea reemplazado por otro elemento, pero eso es a largo plazo. En los próximos años, Argentina, junto con un puñado de países, dominará la oferta del tan buscado metal. Pero además de la geología, el contexto geopolítico -regional y mundial- es propicio para que Argentina pise fuerte en la transformación energética que se viene. El secreto para Argentina estará en saber aprovechar el momento.



La adopción masiva de VE en el mundo responde a las políticas de emisión cero para 2050 que asumieron más de 20 países y 70 gobiernos sub-nacionales. La demanda de litio podría multiplicarse por 40 para el año 2040 y se estima que la actual oferta no será suficiente para satisfacer las necesidades globales. Alrededor del 80% de la demanda de litio es para fabricar las baterías que hacen funcionar los VE, cuyas ventas mundiales aumentaron 40% en 2020 y podrían ascender a 70% en 2021.

La batería de ion de litio también se usa para alimentar los celulares, computadoras, y demás dispositivos electrónicos que utilizamos a diario. Es además fundamental para la transición mundial hacia el uso de energías renovables -como la solar o la eólica- gracias a su capacidad de almacenar esa energía. Se podría decir que la batería de ion de litio marca el rumbo del desarrollo en el Siglo XXI. No por nada sus inventores recibieron el Premio Nobel en 2019.



Junto con Chile y Bolivia, Argentina es uno de los pocos países que hoy están en condiciones de responder al tsunami de litio que está comenzando. Más del 50% de los recursos de litio globales que se conocen hoy están en esos tres países, en una región conocida como Triángulo del litio. A diferencia de Chile y Bolivia, Argentina ofrece una política agresiva de incentivos a la inversión, incluyendo la garantía legal de estabilidad fiscal por treinta años, y otros beneficios impositivos. Gracias a esa política, Argentina logró atraer inversiones privadas millonarias en la última década que hoy suman una cartera de 20 proyectos de desarrollo de litio en distintos estados de evolución.

En la actualidad, la producción de litio argentina proviene de dos proyectos a cargo de empresas privadas: uno en el Salar de Olaroz en Jujuy, y el otro en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca. El litio que se extrae de esos salares se somete a un proceso químico en el país para obtener carbonato de litio (LCE, por sus siglas en inglés), el componente que se usa en el cátodo de las baterías.

Cuando todos los proyectos de la cartera de litio estén produciendo, el gobierno argentino espera triplicar las 40.000 toneladas de LCE que actualmente exporta el país, según expresó el Secretario de Minería, Alberto Hansel, en un evento virtual recientemente organizado por el Wilson Center, en Washington, DC. Argentina exporta la mayor parte de su producción de LCE a Estados Unidos.

Chile y Bolivia son más restrictivos con la participación privada en la industria de litio por considerarlo un recurso estratégico. En el caso de Bolivia, la explotación está en manos del Estado, aunque la industria del litio todavía no termina de despegar en ese país. Chile, por el contrario, fue hasta hace poco el primer productor mundial de litio. Pero la obligación para los privados de vender 25% de lo producido al mercado doméstico a un precio preferencial ahuyentó a muchos inversores, y algunos terminaron yendo a Argentina.

Otros inversores fueron a Australia, que fue tal vez el principal beneficiario de la desinversión chilena, a tal punto que gracias al aumento de inversiones en 2018 desplazó a Chile como primer productor mundial de litio.

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