SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 30 de agosto de 2021

El Árbol del Tule en Oaxaca, México, tiene más de dos mil años de vida y es el más ancho del planeta-

 

En Oaxaca, México, se encuentra uno de los árboles con el tronco de mayor circunferencia del mundo. El árbol del Tule, como se le conoce, rebosa plenitud a sus cerca de 2.000 años de edad desde que, dice la leyenda, fuera plantado en un lugar sagrado. Si se colocaran 10 autos de tamaño mediano uno al lado del otro en un círculo, esto sería aproximadamente del mismo tamaño que la circunferencia de este árbol.



En Santa María de la Asunción, en el municipio oaxaqueño de Santa María del Tule, México, este emblemático ahuehuete o sabino no es el único árbol notable. Hay un par más, de 29 y 28 metros de alto y más de 1,000 y 500 años de antigüedad.



Según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), el árbol del Tule tiene un diámetro de 14.05 metros, una altura de 41.85 metros y un peso de 636.107 toneladas. Su perímetro alcanza los 46 m. Los lugareños le han encontrado diferentes formas al tronco como son de ‘duende’, ‘cocodrilo’, ‘delfín’, ‘cabeza de venado’, entre otras.



La especie es nativa de México aunque también se le encuentra en zonas muy localizadas del sur de Texas y noroeste de Guatemala. En 1921, para celebrar el centenario de la independencia mexicana, la especie fue seleccionada como árbol nacional por su esplendor, belleza, longevidad, dimensiones colosales y tradición. Afortunadamente, su madera es suave y débil, así que no se usa para la construcción.



Según una leyenda zapoteca sostiene que fue plantado hace unos 1400 años por Pechocha, sacerdote de Ehécatl, dios del viento. Otra leyenda dice que algunos líderes de las grandes naciones se reunieron y decidieron separarse en 4 grupos, dirigiéndose a los 4 puntos cardinales y en cada uno plantaron ahuehuetes, el gran Tule sería uno de ellos. Se tiende a afirmar que su ubicación es un sitio sagrado, ocupado después por la Iglesia.



Con todo, hay un árbol del que ya no disponemos que presuntamente supera a éste. Fue un castaño europeo (Castanea sativa) que creció en el monte Etna, Sicilia. Según la medición realizada en 1780, alcanzaba los 57,9 metros. El tronco todavía existe, aunque troceado.

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