El Akhal-Teke es un caballo plateado/dorado de estatura media, en torno a 1,45 metros
de alzada las hembras y hasta 1,60 metros los machos.
Su aspecto general es el de un caballo estilizado con cabeza fina y
descarnada, orejas largas y estrechas en una posición alta y ojos grandes y
vivaces.
Su cuello largo y delgado, en ocasiones con forma de S, le otorga
un porte altivo, con un cuerpo alargado, pecho profundo y ovalado y musculatura
poco voluminosa pero densa.
Destacan también unas extremidades delgadas y fuertes, características que le
otorgan gran fuerza y resistencia. La cola y la crin son poco pobladas, a veces
escasas, y el flequillo es casi ausente.
Las capas aceptadas en el Akhal-Teke son muy diversas, pudiendo presentar
cualquier capa sólida pero nunca pintos o appaloosas.
Los individuos de capas oscuras no presentan la iridiscencia,
aunque si un gran brillo. Los pelajes más habituales son el buckskin caballo dorado de
la raza Akhal-Teke, alazán y castaño cobrizo.
Las capas más deseadas son albinos y cremellos, con reflejos
plateados y nacarados y en especial los
palominos, que crean el efecto de estar bañados en oro. De
ahí que también haya quien le conozca como el caballo plateado cuando el
ejemplar es albino.
En cuanto a su carácter se trata de una raza fuerte y que muestra
gran valentía, resistencia, lealtad y sensibilidad.
Los turcomanos lograron aprender a manejarlos a la perfección, apaciguando su
carácter nervioso para obtener de ellos todo su potencial. Su secreto era una doma suave y
respetuosa con el animal, evitando siempre cualquier tipo de
castigo.
De
esta forma conseguían crear un vínculo muy estrecho entre caballo y jinete,
asegurándose con ello respeto y obediencia, aunque desmontados los Akhal-Teke tienen
fama de ser caballos difíciles de manejar.
A lo largo de la historia se han criado tanto para el deporte como
para servir de monturas militares, aunque es en el primer caso donde los
Akhal-Teke siempre han destacado. Tanto es así que en Rusia se celebraban
carreras de resistencia de 500 kilómetros donde estos animales quedaban siempre en
los primeros puestos gracias a tener una gran resistencia y poco desgaste
físico.
En 1935 un grupo de Akhal-Teke con sus
jinetes hicieron
en 84 días el recorrido entre Ashjabat (capital de Turkmenistán) y Moscú.
Fueron
4.150 kilómetros cruzando
el desierto de Kara Kum donde los caballos apenas
descansaron y bebieron.
En la actualidad los Akhal-Teke se utilizan principalmente para
actividades de doma y salto, habiéndose descubierto el gran potencial de la raza en estas
disciplinas.
Prueba
de ello son ejemplares como Abzent, que en 1968 fue nominado como el “mejor
caballo de deporte del mundo”, Dancing Brave o Melekush.
A
pesar de su gran disposición para el deporte sigue siendo una raza muy poco
habitual y escasa, aunque poco a poco su cría va extendiéndose
a países de todo el mundo.
En España los Akhal-Teke se crían desde 2007.
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