Durante siglos, las ciudades han liderado el desarrollo
comercial, el crecimiento económico, los avances tecnológicos y la innovación.
Uno de los mayores retos de la sociedad en las próximas décadas es la lucha contra el cambio climático y la
transición energética, y las ciudades deben mostrar su liderazgo para hacer posible el necesario
cambio de modelo energético y ser ellas mismas motores del cambio.
A
través de un informe especial de
evaluación, Naciones Unidas ha hecho una severa advertencia de lo
que ocurrirá a las ciudades si la temperatura sigue aumentando al ritmo actual,
ya que las consecuencias serán incontrolables: aumento del nivel del mar,
fenómenos climáticos extremos, olas de calor cada vez más recurrentes e
intensos periodos de sequía, a los que habría que sumar devastadores incendios
forestales y cientos de especies extinguiéndose en las zonas rurales.
Cientos de núcleos urbanos costeros
podrían quedar sumergidos por una subida del nivel del mar debido al
cambio climático, según las previsiones de Naciones Unidas sobre el clima.
Entre ellas, las más afectadas serían Osaka
(Japón), Alejandría (Egipto), Río de Janeiro (Brasil) y Shanghái (China), aunque otras como Venecia
(Italia), Nueva York o Miami (Estados Unidos) también desaparecerían.
En
algunos casos, como Oceanía, países enteros formados por islas podrían
desaparecer bajo las aguas. En total, se estima que un incremento de tres
grados en el clima del planeta provocaría más de 275 millones de personas desplazadas por las inundaciones
consecuencia del deshielo.
El sur del continente europeo será precisamente una de
las zonas más afectadas por un posible aumento de las temperaturas.
Las
ciudades costeras de Cádiz, A Coruña, Gijón, Bilbao, San Sebastián, Málaga,
Alicante, Valencia o Barcelona, entre otras, verían sus calles amenazadas por
la subida del mar en el caso de un aumento de las temperaturas de tres grados.
Además, las peculiaridades
geográficas de Madrid, en el interior de la península, y la alta contaminación
de la capital, pueden amplificar el efecto "isla de calor" y provocar
un aumento de las temperaturas de hasta ocho grados. De hecho, según
un estudio realizado por la Organización Meteorológica Mundial, (WMO)
junto con la organización de científicos y periodistas Climate Central, Madrid ocupa el cuarto puesto de todas las
ciudades del mundo que sufrirán un mayor aumento de las temperaturas de aquí a 2100, solo superada
por Sofía, Skopje y Belgrado.
Las ciudades tienen un papel fundamental en la lucha
contra el cambio climático. Ellas son las primeras que deben cambiar
y liderar dicha evolución hacia una vida con bajas emisiones de carbono,
basándose en la eficiencia y en las energías renovables.
A favor
de las ciudades juega el hecho de que cuentan con mayor facilidad para conseguir esta disminución de
emisiones, debido
a que sus principales sectores contaminantes disponen ya de tecnologías
suficientemente maduras para su despliegue masivo. Algunos ejemplos de esto
serían el cambio modal de transporte, los sistemas de control térmico como
termostatos y sensores, o la instalación de bombas de calor en la edificación,
según los datos proporcionados por el informe "Ciudades energéticamente
sostenibles: la transición energética urbana a 2030" elaborado
por Deloitte.
Según el estudio, la transición
energética en las ciudades españolas requiere medidas que actúen en cuatro
ejes:
1.
Definir objetivos y modelo de gobernanza
municipales.
2.
Impulsar nuevos modelos de movilidad
sostenible.
3.
Desarrollar actuaciones que incrementen
la eficiencia energética y los usos de energías no emisoras en la edificación.
4.
Convertir a las Administraciones
Municipales en un ejemplo de sostenibilidad energética.
Estas medidas, dirigidas
principalmente a los ayuntamientos y administraciones municipales, requieren el
impulso y apoyo de todos los ciudadanos para conseguir que las ciudades, de
forma efectiva, lideren la lucha contra el calentamiento global.
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