Un
grupo de científicos quieren replicar lo que ya se ha hecho con la "bóveda
del fin del mundo", pero enviando
una especie de "arca de Noé" a la Luna, algo que
permitiría tener una "copia de seguridad" de unas 6,7 millones de
especies animales de nuestro planeta.
Eso permitiría que en caso
de una catástrofe mundial tuviéramos ese tipo de archivo con nada menos
que 335 millones de muestras de
esperma y óvulos de esas especies para poder preservarlas.
La Tierra no es (del todo)
segura.
Los científicos explican que "la Tierra es un entorno
volátil", y que ya hubo un episodio que puso en peligro la
vida en nuestro planeta, cuando hace 75.000 años se produjo la erupción del
volcán Toba, que causó un periodo de enfriamiento de 1.000 años.
Ahora este grupo de científicos creen que el cambio climático
es la gran amenaza, ya que sobre todo contribuye al aumento del nivel del mar.
Aunque la "bóveda del fin del mundo" que se creó en Noruega sirve como una forma
útil de preservar un enorme banco de semillas, recientes acontecimientos dejaron
claro que ni siquiera esa opción pone
del todo a salvo este tipo de recursos.
Ese nuevo "arca de Noé" se construiría con nada menos que 250
viajes a la Luna, en cada uno de los cuales se irían depositando
nuevas muestras en una bóveda bajo tierra, donde podrían estar a salvo. Se
aprovecharían una serie de conductos subterráneos que se descubrieron en la
Luna en 2013.
Esa
instalación constaría además de paneles solares para proporcionar electricidad
a toda la infraestructura. Las
muestras deberían mantenerse a temperaturas my bajas, y también
se ha sugerido la creación de robots para gestionar todo.
El proyecto es de momento
una propuesta y aún queda mucho trabajo por hacer —como por ejemplo
evaluar cómo afecta la gravedad
a esas muestras—, pero aún así la idea es destacable y puede
que tenga sentido ahora que los lanzamientos con cohetes reutilizables son cada
vez más accesibles.
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