30 de noviembre de 2024: El Papa
Francisco aseguró sus oraciones por los cristianos “que en nuestros días sufren
persecución e incluso la muerte por el nombre de Jesús”, en el marco de su
audiencia con los miembros de la Hidden Christian Research Association de
Japón, este 30 de noviembre.
En su mensaje a la asociación japonesa, dedicada a proteger los sitios de los cristianos ocultos en
la región de Nagasaki, que dan testimonio de la evangelización
en Japón y que fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2018, el
Santo Padre agradeció “sus esfuerzos por preservar estos lugares como preciosos
testimonios de un gran pero oculto capítulo de la historia de la Iglesia
universal y de la de su noble pueblo”.
“Espero que el reconocimiento de
la importancia de estos sitios, además de garantizar su adecuada conservación,
sirva también como testimonio vivo de la fidelidad de muchos cristianos
japoneses, que han transmitido como legado, de generación en generación, el
precioso tesoro de la fe”.
Además, recordó que “tendré la alegría de crear otro cardenal
japonés el 7 de diciembre”, refiriéndose a Mons. Tarcisio Isao Kikuchi, Arzobispo
de Tokio.
El Papa destacó que su encuentro con la delegación japonesa se
produce pocos días antes “de la celebración de la memoria de San Francisco
Javier, el gran misionero que soñó que la predicación del Evangelio produciría
una rica cosecha de almas en vuestra tierra natal”.
“Como herederos de ese sueño, que su labor educativa y de
conservación haga que este capítulo eminente de la historia de la
evangelización sea más conocido y apreciado”, alentó.
“Queridos amigos, cuando pensamos
en el heroísmo de los primeros misioneros, en el coraje de los mártires
japoneses y en la perseverancia de la pequeña pero fiel comunidad católica de
su país, ¿cómo no pensar en nuestros hermanos cristianos que en nuestros días
sufren persecución e incluso la muerte por el nombre de Jesús? Les pido que se
unan a mí para orar por ellos y por aquellos que sufren los frutos amargos de
la guerra, la violencia, el odio y la opresión”, expresó.
El Santo Padre animó también a confiar “en la intercesión de
Nuestra Señora, Madre de la Iglesia, y recemos con aún mayor fervor por la
venida del Reino de Cristo, Reino de la reconciliación universal, de la
justicia y de la paz”.
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