SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 7 de mayo de 2017

Buenas noticias para los diabeticos y para quienes padecen de obesidad.

Se suponía previamente que una temperatura fija y estable, como la conseguible dentro de una vivienda o local climatizados, no solo ayudaría al confort de la mayoría de las personas sino también a su salud. Sin embargo, una nueva investigación indica que un frío leve y temperaturas variables podrían tener un efecto positivo sobre nuestra salud.


La exposición a ambientes cuya temperatura es algo más baja o algo más alta de lo considerado como confortable podría ayudar a combatir enfermedades metabólicas importantes, como la diabetes y la obesidad, según este nuevo estudio, realizado por el equipo de Wouter van Marken Lichtenbelt, de la Universidad de Maastricht (Países Bajos).



Esta nueva investigación revela cómo la exposición a entornos levemente fríos o cálidos, fuera del rango de confort estándar dentro de edificios de 21 a 22 grados centígrados, incrementa el metabolismo y el gasto de energía, lo cual puede ayudar a luchar contra la obesidad. Para quienes sufren diabetes tipo 2, la exposición a un frío leve influye en el metabolismo de la glucosa, y después de 10 días de frío intermitente, los pacientes examinados en la investigación tenían una sensibilidad a la insulina más de un 40 por ciento superior a la que tenían antes del experimento. Estos resultados en el tratamiento de la diabetes son comparables a las mejores soluciones farmacéuticas disponibles.

Como resultado de estos beneficios positivos, los autores del estudio defienden que las condiciones de vida en los edificios modernos, como hogares y oficinas, deberían ser dinámicas e incorporar temperaturas variables para proporcionar entornos humanos más sanos. 
Tales medidas deberían ir de la mano de factores clásicos de estilo sano de vida, como una dieta equilibrada y caminatas o algún tipo de ejercicio al aire libre. 

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