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HACER ESTO...; |
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¡Para que no ocurra esto! |
Lo primero si se va
hacer un fuego: Hay
que solicitar permiso para la quema de residuos forestales y hacerlo con las
debidas precauciones. Los campistas que quieran hacer una fogata o un asado,
tienen que encenderlas solo en lugares permitidos (nunca debajo de árboles) y
prepararlas bien para que no se descontrolen (en las fogatas de acampada, hacer
un pozo para que queden un poco hundidas en la tierra, colocar piedras
alrededor, despejar hojas y ramas, alejarlas de lugares con viento, o tener
cerca recipientes con agua). Para apagarlas, usar abundante agua en el centro y
alrededor y remover las cenizas para comprobar que estén apagadas.
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No arrojar colillas encendidas |
No abandonar residuos que puedan provocar un incendio: En un espacio natural siempre es bueno
seguir unos consejos para
ser más ecológicos y,
más aún, para evitar un incendio forestal. Abandonar residuos como botellas y
objetos de cristal (actúan como una lupa), papeles u otro material combustible
puede acabar en tragedia. Especialmente peligroso es fumar en el bosque o en
sus alrededores: no se deben arrojar colillas o cerillas, ni siquiera a la
carretera por la ventanilla del coche, porque el viento puede transportarla y
activarla. Lo mejor es no fumar, pero si no se puede evitar, usar un recipiente
para las cenizas, apagar bien la colilla y recogerla.
Entre el 1 de junio
y el 1 de noviembre es la época de
mayor riesgo de incendios y sobre todo, el mediodía y el atardecer y los fines
de semana de julio y agosto. Cualquier pequeña chispa o llama pueden causar un
desastre. Por ello, no hay que hacer fogatas o asados ni quemar rastrojos o
demás restos agroforestales.
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¡NO dejar brasas encendida! |
En las zonas de
riesgo de incendio hay que ser muy
precavido. Ecologistas en Acción recomienda que en las viviendas de dichos
lugares no se pongan setos de especies que ardan con facilidad (arizónicas,
cipreses, etc.), no se construyan barbacoas en sus límites, o no utilizarlas en
los días de viento y de mayor riesgo, y depositar los residuos en los
contenedores o vertederos habilitados. Sus propietarios deberían aprobar un
plan de autodefensa (instalar depósitos de agua e hidrantes en las calles,
mantener los caminos aledaños despejados de vehículos y vegetación, etc). Las
personas que salgan a la naturaleza deberían conocer bien el entorno y los
diferentes caminos, no salirse de los lugares señalizados e intentar ir por
zonas con visibilidad.
Los coches o
cualquier otro vehículo de combustión
deberían aparcarse en aparcamientos habilitados o, al menos, en zonas
despejadas de pastos o matorral. El tubo de escape en contacto con matorrales
secos podría generar un incendio. Y no hay que utilizar desbrozadoras,
motosierras o cualquier otro aparato mecánico que pueda provocar chispas o
calor intenso.
La normativa
medioambiental se debería
aplicar en todo su rigor contra quienes provocan incendios forestales.
Asimismo, se necesitan más medios humanos y técnicos para impedir estos delitos
o al menos que no queden impunes, así como para extinguirlos con el menor
impacto posible.
Si se ve un
incendio o una columna de humo, el tiempo es vital: hay que telefonear de inmediato al 911 y dar el mayor número de datos posibles. Para
que el incendio no nos dañe, es esencial huir lo más deprisa posible en contra
de la dirección del viento o por un lateral, nunca ladera arriba ni hacia
barrancos u hondanadas, buscar un claro y si se va en coche, cerrar las
ventanillas. Si se colabora en las labores de extinción, no hay que quedarse
solo y hacer siempre caso a los expertos o personal autorizado.
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