SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 18 de abril de 2019

Para el presidente de los EE. UU. D. Trump las torre eólicas causan cáncer, pero se comprobó que es mentira.

A Donald Trump nunca le han gustado las energías renovables. Su verdadera molestia está asociada al aumento de la eficiencia en la industria y su imparable expansión. “Si tiene un molino de viento en algún lugar cerca de su casa, felicitaciones, su casa simplemente perdió un 75 % de su valor“, dijo Trump el 2 de abril en una recaudación de fondos para el Comité del Congreso Nacional Republicano.


Y dicen que el ruido causa cáncer“, concluyó el Presidente de los Estados Unidos. Pero el argumento que esgrimió no parece tener el suficiente base científica.Hasta ahora, los estudios realizados no evidencian que el sonido infrasónico o de baja frecuencia de los aerogeneradores cause efectos adversos para la salud de las personas que residen a sus alrededores.

La afirmación de que las turbinas eólicas causan cáncer es totalmente falsa. Algunos estudios han investigado el tema pero no han encontrado ninguna relación entre las turbinas eólicas y los temas relacionados con la salud; esto incluye accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. En pocas palabras, el único problema real con las turbinas eólicas es que pueden ser una molestia menor y crear tanto ruido como el tráfico.

Trump también afirmó que la energía eólica provoca muertes masivas de aves. Aunque las turbinas eólicas matan muchas aves anualmente, lo hacen a un ritmo mucho menor que las fuentes de energía tradicionales. Un estudio realizado en 2009 descubrió que las instalaciones de combustibles fósiles matan casi 15 veces más aves que las turbinas eólicas.
Si las turbinas eólicas no causan cáncer ni matan aves a gran escala, ¿por qué está Trump tan en contra de ellas? Resulta que Trump tiene una historia personal en contra las turbinas eólicas que se remonta a 2006. En aquel año, Trump había comprado un terreno en Escocia que tenía la intención de convertir en un campo de golf. Una granja cercana arruinó esos planes cuando decidió instalar una turbina eólica. Trump demandó a los granjeros pero perdió en la corte.
La postura de Trump en contra de la energía eólica también encaja muy bien con la política energética del partido republicano. Su administración ha iniciado planes para impulsar la producción de combustibles fósiles en Estados Unidos y ha dejado claro que la energía renovable no ocupa un lugar prioritario en su lista de prioridades. A pesar de ello, el despliegue de las energías renovables, y de la eólica en concreto, es imparable. Prueba de ello son los nuevos proyectos en Estados Unidos.

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