De acuerdo con Britannica, todas las especies de baobabs son utilizadas de diversos modos por los locales.
Algunas son reconocidas por sus frutos y hojas que sirven
como remedios herbales. Estos árboles también son fuente de materias primas para la elaboración de diferentes herramientas
de uso cotidiano.
Estos árboles de grandes
proporciones habitan sobre todo en climas tropicales y
subtropicales, siendo, la mayoría de sus especies, habitantes
de los paisajes semiáridos. En las condiciones adecuadas, se estima que los baobabs están en altas probabilidades de llegar a los 800 o 1,000 años. Sin embargo, existen registros de ejemplares que han
superado estas expectativas.
Baobabs: los árboles de la vida
Los árboles
pertenecientes al género Adansonia, que al mismo tiempo
forman parte de la familia Malvaceae, son
los que se conocen como baobabs.
Conforme a lo indicado por Britannica,
los Adansonia se
dividen en nueve especies: seis son endémicas de Madagascar,
dos del África continental y Arabia,
y la última de Australia.
La LEYENDA MILENARIA: Una antigua leyenda africana cuenta que hace mucho tiempo los baobabs eran los árboles más bellos del
planeta. Su altura y sus hojas llamaban la atención de
todo el reino natural. Los dioses, también cautivados por el esplendor
innegable de estos seres, decidieron concederles el don de la longevidad.
Según Naturalista,
el género de las Adansonia oscila en alturas
de entre los 5 y los 30 metros, mientras que el diámetro de la
copa puede llegar a superar los 11.
En vista de esto, los baobabs son
fácilmente distinguibles por el grosor de su tronco.
Rápidamente, los
baobabs cayeron en la soberbia y la vanidad. Su condición los
hizo ambicionar nuevas cualidades,
llegando al grado de desafiar a las deidades. Éstas no tardaron en notar la
prepotencia, por lo que resolvieron darles un
castigo; todos los baobabs fueron arrancados de la tierra y
plantados de nuevo al revés.
Esta breve
historia busca dar un sentido a la forma tan
particular de estos árboles. De acuerdo con la narración
africana, los hermosos seres tuvieron que verse forzados a
enterrar su copa, fuente primaria de su belleza, y exponer sus raíces al aire.
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