SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 17 de agosto de 2019

Cuando el juego deja de ser divertido para ser un drama-

Son datos del Instituto de Lotería bonaerense. En el territorio gobernado por María Eugenia Vidal solo hay diez centros asistenciales con este foco y los especialistas piden mayores recursos para tratar este tipo de adicciones.

Desde este verano, los apostadores bonaerenses contarán con menos opciones para jugar en la Costa atlántica. La semana pasada, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció el cierre definitivo de tres casinos (los ubicados en Necochea, Mar de Ajó y Valeria del Mar) y del bingo de Temperley, a los que se decidió no renovarles la licencia para operar. En paralelo, autorizó un llamado a licitación pública para la explotación de máquinas tragamonedas en casinos de la provincia.

La decisión deja a la Provincia de Buenos Aires con nueve casinos y 45 bingos, la mayoría ubicados en el Conurbano y en la Costa. Desde hace tiempo, la consecuencia social de este estado de situación son miles (ver Recuadro II) de bonaerenses jugadores compulsivos (ludópatas) que en ocho de cada diez casos son adictos a las diferentes variantes de las “maquinitas” (tragamonedas y ruleta electrónica).
Si bien la Gobernación aseguró que “reforzará la asistencia” a las personas que padecen ludopatía o adicción al juego, los especialistas consultados piden mayor cantidad de centros de atención

En septiembre de 2005, bajo la gestión del entonces gobernador Felipe Solá, comenzó a funcionar en la Provincia el Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo, formado por un equipo de profesionales en salud mental que ofrece asistencia a los jugadores y a sus familias.

De acuerdo con datos provistos por el Instituto de Lotería de la Provincia a este medio, el programa lleva atendidas 7.724 personas por cuestiones vinculadas al juego patológico. Esto es así a pesar de que solo existen diez Centros Asistenciales en toda la provincia, ubicados en Avellaneda, Bahía Blanca, La Plata, Mar del Plata, Morón, Necochea, Olavarría, Pergamino, Tandil y Vicente López. “Esa situación provoca que quien se quiera tratar tenga que recorrer largas distancias si no encuentra uno cerca”.
En mayo de 2017, el gobierno de Vidal sugirió que derivaría las consultas por ludopatía de los diez Centros Asistenciales hacia los Centros de Prevención de Adicciones (CPA), que se encuentran más extendidos en la provincia y que dependen del Ministerio de Salud bonaerense. “La idea es que los CPA vayan absorbiendo a los centros de ludopatía”, dijo por entonces Juan Martín Malcolm, vicepresidente del Instituto.


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