Gracias a la protección natural de los vientos que bendice la ciudad con un buen clima, El Hoyo es el lugar privilegiado para la producción de fruta fina, motivo por el cual en 1986se la declara como la Capital Nacional de la Fruta Fina. Desde ese entonces, cada año en el mes de enero se celebra la Fiesta Nacional de la Fruta Fina con el objetivo de homenajear la principal actividad económica.
Degustación de refinadas recetas a base de frambuesas, boysenberries, cassis, corintos, grosellas, moras y arándanos, pero también una amplia variedad de quesos, chocolates y cervezas artesanales –además de música y baile– es lo que ofrece al visitante esta fiesta anual, cuyo principal objetivo consiste en difundir las manifestaciones artísticas y culturales de la labor productiva local, orientada fundamentalmente al cultivo de berries y cherries.
El evento, que dura tres días y se lleva a cabo en la segunda quincena de enero, también incluye conferencias, exposiciones y encuentros dedicados a las técnicas y procedimientos de elaboración de la fruta fina, actividades de las cuales participan productores de la zona e instituciones oficiales del sector.
Con una afluencia de público estimada en diez mil personas por día, la Fiesta Nacional de la Fruta Fina propone al turista distintas actividades recreativas. Además de ofrecer comidas típicas de la zona, jugos y bebidas artesanales a lo largo de toda la jornada, en las noches presenta un show cultural interpretado por artistas regionales y nacionales en el escenario principal del predio. Sonidos, colores y aromas característicos de nuestra Patagonia engalanan así cada noche, que termina con un baile popular hasta altas horas de la madrugada.
El Hoyo, localidad donde se realiza la fiesta, está ubicada en el noroeste de Chubut, sobre la ruta nacional Nro. 40, y debe su nombre a las condiciones geográficas que presenta el valle en el cual se asienta. Otra versión, acaso menos comprobable o no tan fehaciente, sostiene que el nombre es un reconocimiento a un sacerdote de apellido Hoyos. Emplazada en las primeras estribaciones de la Cordillera de Los Andes, la localidad se encuentra rodeada de cerros que le proporcionan una protección natural de los vientos por lo que posee las condiciones climáticas ideales para el cultivo de toda clase de fruta fina como guindas y cerezas.
Los cerros del Hoyo presentan en sus laderas la vegetación que caracteriza al bosque andino patagónico, donde especies como el Ciprés de Cordillera, el Radal, el Coihue, el Ñire, y la Lenga dan forma a un paisaje muy particular en el que los turistas suelen encontrar un escenario propicio para descansar y recrear los sentidos.
El perfil productivo de El Hoyo, que junto con las localidades de El Bolsón, Lago Puelo, Epuyén, El Maitén y Cholila conforma la así llamada Comarca Andina del Paralelo 42º, está asociado al desarrollo agrícola de las pequeñas chacras, donde sus pobladores aúnan esfuerzos en la producción artesanal de sus cultivos.
La fiesta se organizó por primera vez en 1986, cuando El Hoyo fue declarada Capital Nacional de La Fruta Fina, con el fin de homenajear a los productores regionales de los exquisitos berries y cherries cuyo consumo hoy se extiende por todo el país. En su origen, la celebración tuvo un carácter provincial, pero cuatro años más tarde, en 1990, debido al interés creciente del público y a la mayor presencia de productores locales, pasó a ser declarada de índole nacional.
Si bien esta celebración tiene por epicentro las actividades vinculadas a la gastronomía, con la fruta fina como ingrediente principal, a lo largo de los años ha incorporado otros elementos como artesanías talladas en troncos y maderas, además de diversas disciplinas deportivas entre las que se cuentan el ciclismo, el fútbol, el automovilismo y las pruebas hípicas.
La frutilla de la torta, en la noche de cierre de la fiesta, es la coronación de la nueva Reina Nacional de la Fruta Fina, que a partir de ese momento se convierte en representante de la localidad de El Hoyo por el lapso de un año.
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