SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 28 de febrero de 2013


 

¿La HONESTIDAD es un valor humano que no cotiza
en el mercado?
No siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos: el auto-engaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a nuestra propia  honestidad.
Lo contrario de la honestidad sería la deshonestidad, una práctica que comúnmente es repudiada en las sociedades contemporáneas, ya que se la asocia con la hipocresía, la corrupción, el delito y la falta de ética.
La honestidad es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia y se relacionan con los conceptos de "honestidad" y "deshonestidad", existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos: el auto-engaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.
A una persona honesta se le reconoce ya que no miente, además siempre realiza sus actos de una manera totalmente legal. Una persona honesta es aquella que con su honestidad le aporta mucho a su comunidad, ya que le brinda confianza y seguridad.
La honestidad como cualidad ética o moral en sociedad está también muy ligada a la sinceridad, a la coherencia, la integridad, el respeto y la dignidad. Pero como la verdad humana nunca puede ser absoluta, la honestidad también es un valor subjetivo, en la medida en que depende del contexto y de los actores involucrados. Por esta causa se vuelve muy dificultoso establecer parámetros morales compartidos de una sociedad o de una cultura a otra, e incluso entre grupos o entre individuos estas concepciones pueden cambiar radicalmente y lo que para uno es una muestra de honestidad para otro no lo es.
En los distintos campos de una sociedad típica, además, el concepto de honestidad es variable y más o menos priorizado.
Por ejemplo, se prioriza la honestidad en la ciencia, pero en los ámbitos políticos esta noción es mucho más debatible.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario