SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



viernes, 13 de marzo de 2020

Ser hombre en el 2020: Nuevas Masculinidades-


La periodista Fabiana Scherer dio a conocer su primer libro, “Alzamos la voz”, en el que atraviesa temas clave en la agenda feminista: derecho al aborto legal, acoso callejero, el valor de los movimientos de mujeres, el lenguaje inclusivo y la educación sexual integral (ESI). También se pregunta qué rol le toca a los hombres en esta revolución. Infobae presenta un adelanto con el capítulo “#Nuevas Masculinidades”

Nuevas Masculinidades:

“No se puede empoderar a las mujeres y a las niñas sin que participen también los hombres y los chicos”, reflexiona Michael Kimmel, sociólogo y director del Centro para el Estudio del Hombre y las Masculinidades, de la Universidad Stony Brook de Nueva York. Este especialista está convencido de que para alcanzar la igualdad de género es necesario educar, salir de las viejas ideas de lo que significa ser hombre, romper de una vez por todas con la herencia patriarcal. En sus recurrentes charlas suele poner de ejemplo un documento que hay en el Pentágono, y que da pruebas del extremo pensamiento patriarcal: “Lyndon B. Johnson (presidente de los Estados Unidos) no quiso abandonar Vietnam porque tal gesto no se iba a considerar propio de un hombre”.
Históricamente, el modelo de masculinidad predominante impregnó todas las esferas de la estructura de una sociedad (política, económica y cultural) y, a su vez, legitimó y perpetuó una forma de poder sobre otros, ya sea sobre las mujeres o sobre otros hombres. La activista social bell hooks analiza la toma de conciencia de los hombres, ya que considera como un punto clave para el avance del movimiento feminista, tener a los hombres como aliados en la lucha. “La masculinidad patriarcal enseña a los hombres que su conciencia de sí mismos y su identidad, su razón de ser, reside en su capacidad para dominar a otros y otras (…). Los hombres de todas las edades necesitan espacios donde se afirme y se valore su resistencia al sexismo”.
Estos espacios de los que habla bell hooks se pueden ver reflejados en uno de los colectivos que ha nacido en los últimos años, Varones Antipatriarcales, nacido en 2012 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que busca revertir toda forma de desigualdad y opresión hacia las mujeres; buscan deconstruir qué es ser varón.
En 2018 se realizó el VII Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales (ELVA) y convocó cuatro veces más que el año anterior. Los ELVA pretenden ser espacios de (des)educación contra los efectos de un sistema de opresión que inculca la obligatoriedad de ser “machos”, de tener siempre el control, y el rechazo por la feminidad.
Podemos ver que el mundo está atravesando un punto de inflexión, una especie de viaje introspectivo que invita a mirarse en el espejo. Hoy sabemos, como bien sostiene la ONU, que la lucha por la igualdad de género no es solo un tema de mujeres, sino una cuestión de derechos humanos. Y la clave, sin duda, está en la educación. “¿Qué pasaría si, a la hora de criar a nuestros hijos, hijas, no nos centráramos en el género sino en la capacidad, en los intereses?”, pregunta la feminista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
La masculinidad tradicional se define en oposición a lo femenino: los hombres no lloran, no “cuidan” y tienen que proveer a la familia, ellos están a cargo del sustento. Lo que se viene dando desde hace un tiempo es el cambio del modelo de masculinidad, una apuesta nueva e igualitaria que elimina los estereotipos de género.
Cada hombre es libre de asumir la masculinidad como lo prefiera, según su personalidad, ya que no hay una forma única de “ser hombre”; pero hay un cambio de actitud hacia la homosexualidad y otras sexualidades, porque ahora se considera como algo importante vivir la sexualidad de una forma más natural y plena, sin los determinantes que el modelo masculino tradicional ha impuesto a través de los años.
Las nuevas masculinidades buscan que cada uno exprese su género como quiera. La sociedad machista hace que los hombres sientan que deben actuar según el estereotipo y que sean reacios a mostrar vulnerabilidad, cuando en realidad es posible que sean seres sensibles, afectivos y sobre todo, vulnerables. Siguiendo estos lineamientos, es necesario reconocer el deseo y las necesidades del otro, de los pares, y apoyar la lucha contra el sexismo al no tolerar la violencia de género ni ningún tipo de abuso.

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