SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 10 de octubre de 2022

OPORTUNIDAD: De Argentina a Minnesota, cómo es el programa que busca jóvenes para trabajar en campos de EE.UU.

 



Es una iniciativa para estudiantes y graduados de Agronomía, que aplican y pueden ser seleccionados, sin importar su nivel de inglés, para trabajar en campos agrícolas, invernaderos, horticultura, laboratorios o hasta viñedos. A diferencia de lo que pasa en Argentina, donde el vínculo de extensión con los productores agropecuarios lo sostienen instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en Estados Unidos se da a través de las universidades.




 

Es en ese marco que hace 73 años nacía el MAST International, un programa de la Universidad de Minnesota por el que unos 300 jóvenes de todo el mundo llegan al país del norte cada año a vivir experiencias tanto en lo laboral como en lo académico, instalándose en campos de productores de diferentes actividades

 

Se trata de una iniciativa para la que puede aplicar cualquier persona de entre 18 y 32 años que esté estudiando o ya se haya graduado de la carrera de Agronomía en cualquier parte del Planeta, aunque la preferencia está en los aspirantes de entre 19 y 29 años a la hora de ser seleccionados.

 

El prodecimiento es el siguiente: aplican; la Universidad los selecciona; pagan un fee de entrenamiento que va desde los 600 a los 1.500 dólares, según la duración de la experiencia que elijan; se les tramita la visa a través de una invitación especial y poco después están trabajando por un sueldo mensual en dólares en el establecimiento privado de un auténtico farmer.

 

LOS DETALLES DEL PROGRAMA

Desde el hall de uno de los muchos edificios de la Universidad de Minnesota, David Pratt, gerente del programa, detalló a Infocampo los puntos clave de esta iniciativa de la que ya participaron muchos argentinos.

Por un lado, remarcó que si bien se pone en marcha desde ese Estado norteamericano, las conexiones de la Universidad permiten que los seleccionados vayan a trabajar a establecimientos productivos de muchas otras partes del país y pueden hacerlo en lapsos que van desde los tres meses a más de un año, porque tienen la posibilidad de pasar otros seis meses estudiando en la Universidad (opción que eligen unos 100 de los 300 promedio que llegan cada año). 

¿Cómo funciona el sistema para reclutar a esos aspirantes? A través de “socios” o aliados de otras universidades en todo el mundo. “Por muchas razones, el MAST tuvo muchos argentinos, aunque ahora se había perdido el contacto”, relata Pratt.

 

Sin embargo, desde este año eso cambió, porque un grupo de ingenieros agrónomos docentes de universidades argentinas que –como Infocampo– participaron del SpeedAgro USA Tour 2022, ahora acercan a sus alumnos esta oportunidad: Marcelo de la Vega (Universidad Nacional de Tucumán), Eduardo Cortés (Universidad del Litoral – Esperanza, Santa Fe), Cristina Palacio (Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires- UNNOBA), Julián Oliva (Universidad Católica de Córdoba), Diego Álvarez (Universidad de Buenos Aires- FAUBA) y Guillermo Grasso (Universidad Nacional de Córdoba). 

 

Pratt aclara que no se trata solo de trabajar en la producción estadounidense sino de una experiencia más completa que les permite conocer la cultura de ese país, estudiar, viajar y “tener un gran momento del que podrán hablarle a sus nietos”.

 

IDIOMA Y ESTUDIOS

Para eso, ¿es estrictamente necesario saber hablar inglés? No, pero admite que “si contás con la posibilidad de entender, habrá grandes chances de que esa experiencia sea mucho mejor”.

Aún con ese dato, lo cierto es que no se hace ningún testeo específico sobre el nivel de inglés, aunque -sin ser excluyente- intentan seleccionar a quienes puedan tener algún tipo de diálogo. “No es importante que pronuncie bien, pero sí que entienda algo de lo que le dicen”, reafirma. 

Un punto que el responsable de la iniciativa marcó con énfasis es que no se trata de un programa pensado para “los mejores” en términos académicos, sino para quienes estén preparados para adaptarse y vivir una experiencia todoterreno. La clave es que cada aspirante pueda poner en sus aplicaciones qué prefiere hacer o en qué es mejor, cuáles son sus gustos, si le agrada trabajar con animales o en laboratorios, por ejemplo. Porque es un dato que no sirve únicamente para que los encargados del programa puedan conectarlo con el productor que crean conveniente, sino también para que el propio productor que los recibiría en su casa (“host”) -que es quien tiene la última palabra tras la sugerencia de la universidad- pueda hacerlo en base a esa información detallada sobre sus gustos y aspiraciones. 

Estudiar es opcional y, en promedio, lo elige un tercio de los participantes del MAST. Son seis meses y funciona a modo de complemento de la formación práctica que obtuvieron hasta el momento. Se desarrolla en la propia Universidad de Minnesota y te permite asistir a conferencias, participar del trabajo en laboratorios, interactuar con profesores y estudiantes distinguidos de EEUU y otras partes del mundo. 

 

UN ARGENTINO EN DAKOTA DEL NORTE

Alfredo Ferzzola, que hoy es director comercial de SpeedAgro, fue uno de esos estudiantes que, a la mitad de la carrera que cursaba en la Universidad Nacional de La Plata, aplicó al MAST y vivió una experiencia que califica como inolvidable.

Su destino fue Dakota del Norte, más específicamente el campo de Shane Eidness, un farmer que en ese entonces trabajaba con su padre pero hoy lidera el establecimiento de la familia, y lo recibió por segunda vez ya como visitante, después de haber trabajado ahí en el 2001. 

 

Pratt, que en ese entonces ya era uno de los reclutadores y articulaba entre estudiantes y hosts para poner en marcha las prácticas, recuerda que los gustos y preferencias de Alfredo fueron claves para que él decidiera proponerle esa posibilidad al padre de Shane en ese entonces.

Así fue que el argentino de 21 años llegaba a Brocket para vivir una realidad productiva bien diferente a la que conocía en Argentina (allí la mitad del año nieva, por lo que trabajan en reparaciones y se preparan para una campaña corta que implica agilidad y rapidez para producir todo lo posible). 

 

En el campo de su familia, Shane recibe desde entonces cada año a un joven de otra parte del mundo. Y aunque en 2022 trabajó con él un joven de 19 años que llegó desde Sudáfrica, y pasó por muchas nacionalidades, guarda un gran recuerdo de su experiencia con un argentino.

“Respeto a la familia, al país y actitud para trabajar cada día”, esos son los requisitos que exige a sus pasantes, aún por delante de un buen manejo del inglés o experiencia en el trabajo de campo: “Lo que más valoro es que me digan que les gusta trabajar, porque desde su llegada lo haremos a la par y estaremos muy felices de recibirlos en familia”.

 

Desde el mismo galpón en el que arreglaban la maquinaria en épocas de mucha nieve y desde donde se enteraba, por ejemplo, de momentos históricos como el atentado a las Torres Gemelas, Alfredo recuerda todo lo que aprendió de aquella experiencia y la relata ante unos 20 ingenieros agrónomos referentes de Argentina, entre los que están los nuevos “socios” que acercarán el MAST International a jóvenes de diferentes universidades del país.

 

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