La combustión espontánea humana es un fenómeno
que describe la incineración de un cuerpo sin una fuente de ignición externa
aparente, aunque en la práctica, no se considera un fenómeno real y
científicamente comprobado. La explicación más aceptada es el "efecto mecha", en el cual la
ropa de una persona sirve como mecha e inflama la grasa corporal, que actúa
como combustible en un proceso que puede durar horas.
Se le llama combustión espontánea
humana porque la víctima termina convertida en cenizas, sin que haya mucho daño
causado por el fuego en las cercanías ni una fuente obvia de encendido.
Es
muy rara y las víctimas usualmente son ancianas y viven solas.
Muchos
asumen que sólo fuerzas supernaturales o exóticas pueden explicar la razón para
que, por ejemplo, se encuentre a menudo una pierna sin quemaduras, mientras que
el resto del cuerpo está completamente quemado.
Pero
lo más probable es que se trate de un proceso más aterrizado conocido como el
'efecto mecha'.
La
víctima primero se muere de un ataque al corazón, un derrame o una caída.
Un
cigarrillo prendido o una chispa de algún fuego cercano hace que su ropa arda
sin llama.
Mientras
la ropa se va quemando lentamente, el calor derrite la grasa que está debajo de
la piel y la tela carbonizada la absorbe como una mecha y la quema.
Experimentos llevados a cabo con
cadáveres de cerdos envueltos en cobijas han mostrado que arde con una llama
suave y estable que calienta el cuerpo a 800ºC y dura por siete o más horas.
Las
partes del cuerpo que están desnudas pueden quedar sin quemarse pero el resto
del cuerpo queda completamente incinerado.

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