La variedad
puede conservarse hasta 120 días a bajas temperaturas sin perder calidad y
reduce la formación de compuestos oscuros y acrilamida, mejorando la salud y la
eficiencia industrial.
El Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) desarrolló una nueva variedad de papa denominada Piru INTA, que promete transformar la industria de los snacks.
Obtenida mediante edición génica, esta innovación permite conservar los tubérculos
a bajas temperaturas -alrededor de 4°C- por hasta 120 días sin perder calidad, lo que mejora la eficiencia productiva y la
seguridad alimentaria.
El proyecto, impulsado por un
equipo del INTA Balcarce (Buenos Aires), busca resolver uno de los
principales desafíos del sector: el endulzamiento inducido por frío,
un fenómeno que genera compuestos oscuros y amargor en las papas destinadas a
fritura, además de la formación de acrilamida, un componente
neurotóxico.
"La papa es un cultivo clonal, lo que restringe las mejoras
genéticas convencionales. Por eso, la edición génica representa una
oportunidad tecnológica para generar nuevas variedades con mejor
calidad poscosecha", explicó Gabriela Massa, investigadora del
INTA Balcarce.
os ensayos demostraron que Piru
INTA mejora la calidad industrial de los tubérculos destinados a
fritura, al reducir la formación de compuestos oscuros y la generación de
acrilamida. De esta manera, aporta beneficios tanto a la industria
procesadora, como a los productores y consumidores.
"Este desarrollo tiene un gran impacto en la salud humana,
ya que estas papas son nutricionalmente mejores por no contener acrilamida. Los
beneficios alcanzan a todo el sistema productivo, a la industria de papas chips
y a los consumidores", destacó Sergio Feingold, también
investigador del INTA Balcarce.
El trabajo se realizó sobre la base de la variedad Atlantic,
una de las más utilizadas en la industria de papas chips. La técnica
empleada, CRISPR, permite realizar modificaciones precisas sobre
genes específicos sin incorporar ADN foráneo, por lo cual Piru INTA no
es una variedad transgénica. En este caso, los científicos lograron inactivar
el gen de la invertasa vacuolar, reduciendo así la acumulación de azúcares
reductores durante el almacenamiento en frío.
"Cuando abrimos un paquete de papas chips y vemos un color
amarronado, eso se debe al endulzamiento por frío. En Piru INTA, ese problema
se evita", explicó Massa.
La innovación se encuentra en proceso de inscripción en
el Registro Nacional de Cultivares y podría marcar un punto de
inflexión en la cadena agroindustrial, al garantizar la disponibilidad
de materia prima durante todo el año y mejorar la calidad e
inocuidad de uno de los alimentos más populares del mundo.




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