SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 20 de noviembre de 2025

VIVIR con INTENSIDAD: Iñaxi Lasa, vasca de 101 años: Suelo dar un paseo de unas dos horas -unos 5 km- y después hago entre una hora y media y dos horas de gimnasio"

 

El mejor ejemplo de que nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio es el de Iñaxi Lasa. A sus 101 años, esta entrañable centenaria vasca, oriunda de Gipuzkoa, se ha convertido en un fenómeno viral en plataformas como Instagram y TikTok, demostrando ser todo un ejemplo de fortaleza vital y una prueba de que la edad no es impedimento para estar en forma.




 

Y es que Lasa, quien ha celebrado este verano su cumpleaños número 101, desafía el concepto que tenemos de tercera edad y demuestra que la longevidad no se consigue con costosas rutinas o pastillas milagrosas, sino con hábitos mucho más sensatos y accesibles.

Su extraordinaria fortaleza tiene que ver, sin duda, con una vida marcada por el trabajo físico ininterrumpido y una infancia que no fue tan cómoda como las de ahora, según explica a ElMundo.es. Y es que Lasa quedó huérfana de padre a los 8 años y vivió el estallido de la Guerra Civil a los 12, cuando residía en un caserío sin electricidad y en el que se alumbraban con un quinqué.



 

Desde niña, se dedicó a las labores del campo, que incluían cuidar la huerta y los animales, y recoger hierba en verano y realizar todo tipo de labores hasta que el cuerpo no podía más. Aunque la  anciana confiesa que siempre disfruto de ello. 

 

En aquella época, cuenta, el cuidado personal se limitaba a asegurar la comida diaria y evitar las enfermedades infecciosas, mientras que el esfuerzo físico era una parte involuntaria. Además, su dieta era totalmente saludable, ya que se basaba en lo que se podía obtener del campo: verduras, legumbres y frutas cultivadas por su familia, además de la matanza que hacían en casa, lo que garantizaba que nunca pasaran hambre.

 

UN CÁNCER Y DOS FRACTURAS DE CADERA

Aunque ahora goza de una forma física envidiable, su camino no ha estado exento de desafíos en lo que a la salud se refiere. De hecho, a lo largo de su vida se ha enfrentado a un cáncer de mama hace 30 años que requirió una extirpación y cinco años de hormonoterapia; años más tarde, se fracturó una cadera, y la otra a los 94 años. Aunque, fue precisamente en torno a esa edad cuando, animada por su hijo, tomó la decisión de comenzar a ir al gimnasio.

 

 

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