De
esta manera, en el mercado local se
paga un 24,4 por ciento más que en Brasil, donde los impuestos
llegan al 30,4 por ciento. Como referencia, en Italia se tributa un 18,0 por
ciento; en España, un 17,3; en el Reino Unido, un 16,7; en Francia, un 16,7; en
Alemania, un 16; en Japón, un 9,9; y en Estados Unidos, un 7,5.
De
este 54,8 por ciento, el 32 lo abarcan
las terminales, el 15 los insumos, el 28 las autopartistas y el 24 la
comercialización. En concreto, desde ADEFA informaron que el
54,8 por ciento se conforma así: el 21 por ciento de IVA, el 9,13 de ingresos
brutos, el 7,69 de contribuciones patronales y ART, el 4,5 de impuesto a las
ganancias, el 2,76 de tasa municipal, el 2,76 de impuesto a los créditos y
débitos bancarios; el 2,48 de impuestos a los sellos, inmobiliarios y otros; el
0,34 de impuesto a las participaciones societarias y el 4,15 de ingresos brutos
provinciales, tasa de seguridad e higiene.
Desde
ADEFA comentaron que “entre los impuestos se encuentran algunos muy distorsivos
como Ingresos Brutos provinciales, contribuciones sobre el trabajo, tasa de
seguridad y sellos, los cuales se acumulan en cascada no pudiendo eliminarse o
compensarse”. Además, la entidad advirtió que los impuestos “se repiten a lo
largo de la cadena”, por lo que solicitan eliminarlos “para no exportar impuestos”.
Así
se explica por qué los autos 0 kilómetro en la Argentina son
generalmente más caros que en otros países de la región y del mundo. Y en este porcentaje no se incluye lo que tiene que
pagar como extra una persona que compra un vehículo “de alta gama”,
como se calificaron a los modelos que ingresan en el impuesto automotor. Según
el caso, puede ser del 10 o el 20 por ciento.
Tampoco se considera el 35 por ciento adicional que tributan los
vehículos que llegan a la
Argentina desde “extrazona”; esto es, los que no pertenezcan al Mercosur, a
excepción de México, país con el que existe un acuerdo bilateral.
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